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WILLIAN FREDY PALTA VELASCO

PALABRAS DE GRATITUD Y SENTIDO DEL TÍTULO DE POSTGRADO: A PROPÓSITO DEL GRADO DE MAESTRÍA.

PALABRAS DE GRATITUD Y SENTIDO DEL TÍTULO DE POSTGRADO: A PROPÓSITO DEL GRADO DE MAESTRÍA.

Willian Fredy Palta Velasco

 

Bienaventurados los que saben que detrás de todos los lenguajes se encuentra  lo inexplicable”

El libro de las Horas

Rainer Maria Rilke

 

 

En visperas de recibir el título de maestría en filosofía me embargan diversos sentimientos y rondan en mi cabeza varias ideas que quisiera compartir.  No puedo negar la satisfación que siento, sobre todo al ver el rostro de mis padres, llenos de felicidad y alegría que expresan que la perseverancia, el amor han podido dar frutos en nosostros sus hijos. Me motivan las palabras de mi hija que en su inocente expresión magnifica este pequeño logro. Tampoco puedo olvidar en este proceso a aquellas personas que siempre me animaron cuando las ideas no fluian, a mi esposa por su perseverante y paciente acompañamiento, a quien expreso mi gratitud infinita, a mis hermanos que animaron a seguir, a mis compañeros del seminario de investigación con los que reiamos para mitigar la dureza de las críticas. Hago un reconocimiento especial  a mis compañeros de trabajo porque con su exagerada confianza en mí y quienes con su amistad profunda siempre me acompañaron, fueron pacientes en los momentos más criticos de este proceso. A los que caminaron conmigo, a los que se alejaron en los momentos de necesidad, a los que me apoyaron incondicionalmente con sus silencios y todos aquellos que me expresaban sus palabras profundas que requerian una hermenéutica epistémica y existencial, gracias porque siento la alegría que me expresan por este momento.

Junto con esa alegría de tenerles a mi lado, me surge una inquientante sensación porque después  de algunos años de haber iniciado un recorrido investigativo, de haberlo llevado a cabo y sustentado, me surge una pregunta sobre el valor y significado de los títulos universitarios, porque asistimos a una sociedad aparente, que coloca sobre los formalismos el valor del conocimiento, pero aun más, es una sociedad que sostiene sobre sus hombros el mercadeo y la acumulación como valores primarios, lo que significaría que recibir un título se convertiría  automáticamente en el mejoramiento económico y se estudia en muchas ocasiones, no lo que más se desea, sino lo que más estabilidad económica genere, lo más triste es que es esta la movilización que permanece en las mente de muchos estudiantes y graduandos.

En mi ejercicio de maestro, considero que la educación es la posibilidad de superar toda forma de barbarie, es la expresión amorosa con la que podemos comprender el mundo, es la terca esperanza de los soñadores que anhelan la liberación del espíritu humano,  de aquello que le subyuga y no le deja volar libremente. Por eso recibir un diploma y en especial este, tiene la significación existencial de asumir un compromiso ético, más allá de estructuras económicas, exigencias currículares o certificaciones de calidad. El título no puede ser un  trofeo que se gana a partir de la eliminación del Otro, sino la oportunidad de comprender el mundo y gestar los procesos de humanidad. Por eso el valor de un nuevo título está en la felicidad que las personas sienten por este momento, en el compartir un abrazo sincero que trasciende y llega al alma, el valor del título lo descubro en el acontecimiento de ofrecer una mano que apoya y en un alma que se libera.

No considero como erróneamente piensan algunos amigos cercanos, que sea más inteligente, de ninguna manera, al contrario, hoy siento que es mayor mi ignorancia y a muchos de los que me manifiestan su admiración y respeto les considero personas y profesionales con profundas capacidades y una sabiduria que habita en sus almas. No puedo negarles que más que inteligencia lo que hay en mi es la terquedad y el sueño de un mundo mejor, no soy una persona inteligente, pero si una persona de esperanza que intento expresarla en el amor hacia aquellos que me rodean. He renunciado hacer las cosas solo por una remuneración económica y ante el valor de lo que cueste mi trabajo está el deseo de ser feliz con lo que hago, es decir,  que sea cada día más humano. Esa, considero, es la misión de la educación, por eso cuando inicié esta maestría no pensé en los beneficios económicos que pudiera obtener, sino en la satisfacción existencial  que me pueda generar. No se si vaya a ganar el examén de ascenso o tenga una retribución económica por el nuevo título, mi mayor ganacia son Ustedes, los que se han tomado un minuto para leer estas palabras, los que me han animado a seguir adelante, los que han confiado en mi. Son Ustedes mis mayores maestros, son ustedes quienes me han impartido sus mejores enseñanzas. Son Ustedes mi mayor riqueza. Por eso permíntanme decirles gracias, porque son Ustedes aquella estrella que orienta mi horizonte.

Quiero  invitarles a conservar el estudio, el aprendizaje y el saber como esa expresión natural de la búsqueda de sabiduria. Que volvamos la mirada al rostro del Otro que acompaña nuestro caminar, que no renunciemos a la loca tarea de soñar y construir un mundo mejor. No demos la espalda a la felicidad,  no es el momento de renunciar,  ni de decir adiós  a aquellos ideales. Une tu mano junto a la mía y sintamos la fortaleza de seguir adelante, no nos dejemos amedrantar por el miedo que ata nuestro espíritu, ni por una sociedadnecrofílica  que pregona el capital y la acumulación como el valor supremo. Luchemos cada día por un mundo mejor, esa es la mejor enseñanza que recibi de Ustedes en estos años de maestría y que alienta mi caminar, soy terco y no renuncio a lo que amo que es mi vocación de maestro que acompaño desde la cercanía o la lejanía según el caminar de cada uno.

Finalmente, excusen si estas palabras carecen de profundidad epistémica, pero recogen mi sentir en este momento, es la forma de rechazar una educación mercantil, industrializada que roba los sueños y reprime el deseo humano. Esta es mi forma de agradecer de manera sencilla y es también mi forma de rechazar toda injusticia que oprime el espíritu libre y soñador, es el llamado a transformar la escuela en espacios de amor y felicidad, es el clamor a Ustedes, que les necesito y que quiero seguir contando con cada uno, por eso les ofrezco este título como signo de gratitud

Willian Fredy Palta Velasco

Noviembre 15 de 2013

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