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WILLIAN FREDY PALTA VELASCO

PALABRAS DE GRATITUD Y SENTIDO DEL TÍTULO DE POSTGRADO: A PROPÓSITO DEL GRADO DE MAESTRÍA.

PALABRAS DE GRATITUD Y SENTIDO DEL TÍTULO DE POSTGRADO: A PROPÓSITO DEL GRADO DE MAESTRÍA.

Willian Fredy Palta Velasco

 

Bienaventurados los que saben que detrás de todos los lenguajes se encuentra  lo inexplicable”

El libro de las Horas

Rainer Maria Rilke

 

 

En visperas de recibir el título de maestría en filosofía me embargan diversos sentimientos y rondan en mi cabeza varias ideas que quisiera compartir.  No puedo negar la satisfación que siento, sobre todo al ver el rostro de mis padres, llenos de felicidad y alegría que expresan que la perseverancia, el amor han podido dar frutos en nosostros sus hijos. Me motivan las palabras de mi hija que en su inocente expresión magnifica este pequeño logro. Tampoco puedo olvidar en este proceso a aquellas personas que siempre me animaron cuando las ideas no fluian, a mi esposa por su perseverante y paciente acompañamiento, a quien expreso mi gratitud infinita, a mis hermanos que animaron a seguir, a mis compañeros del seminario de investigación con los que reiamos para mitigar la dureza de las críticas. Hago un reconocimiento especial  a mis compañeros de trabajo porque con su exagerada confianza en mí y quienes con su amistad profunda siempre me acompañaron, fueron pacientes en los momentos más criticos de este proceso. A los que caminaron conmigo, a los que se alejaron en los momentos de necesidad, a los que me apoyaron incondicionalmente con sus silencios y todos aquellos que me expresaban sus palabras profundas que requerian una hermenéutica epistémica y existencial, gracias porque siento la alegría que me expresan por este momento.

Junto con esa alegría de tenerles a mi lado, me surge una inquientante sensación porque después  de algunos años de haber iniciado un recorrido investigativo, de haberlo llevado a cabo y sustentado, me surge una pregunta sobre el valor y significado de los títulos universitarios, porque asistimos a una sociedad aparente, que coloca sobre los formalismos el valor del conocimiento, pero aun más, es una sociedad que sostiene sobre sus hombros el mercadeo y la acumulación como valores primarios, lo que significaría que recibir un título se convertiría  automáticamente en el mejoramiento económico y se estudia en muchas ocasiones, no lo que más se desea, sino lo que más estabilidad económica genere, lo más triste es que es esta la movilización que permanece en las mente de muchos estudiantes y graduandos.

En mi ejercicio de maestro, considero que la educación es la posibilidad de superar toda forma de barbarie, es la expresión amorosa con la que podemos comprender el mundo, es la terca esperanza de los soñadores que anhelan la liberación del espíritu humano,  de aquello que le subyuga y no le deja volar libremente. Por eso recibir un diploma y en especial este, tiene la significación existencial de asumir un compromiso ético, más allá de estructuras económicas, exigencias currículares o certificaciones de calidad. El título no puede ser un  trofeo que se gana a partir de la eliminación del Otro, sino la oportunidad de comprender el mundo y gestar los procesos de humanidad. Por eso el valor de un nuevo título está en la felicidad que las personas sienten por este momento, en el compartir un abrazo sincero que trasciende y llega al alma, el valor del título lo descubro en el acontecimiento de ofrecer una mano que apoya y en un alma que se libera.

No considero como erróneamente piensan algunos amigos cercanos, que sea más inteligente, de ninguna manera, al contrario, hoy siento que es mayor mi ignorancia y a muchos de los que me manifiestan su admiración y respeto les considero personas y profesionales con profundas capacidades y una sabiduria que habita en sus almas. No puedo negarles que más que inteligencia lo que hay en mi es la terquedad y el sueño de un mundo mejor, no soy una persona inteligente, pero si una persona de esperanza que intento expresarla en el amor hacia aquellos que me rodean. He renunciado hacer las cosas solo por una remuneración económica y ante el valor de lo que cueste mi trabajo está el deseo de ser feliz con lo que hago, es decir,  que sea cada día más humano. Esa, considero, es la misión de la educación, por eso cuando inicié esta maestría no pensé en los beneficios económicos que pudiera obtener, sino en la satisfacción existencial  que me pueda generar. No se si vaya a ganar el examén de ascenso o tenga una retribución económica por el nuevo título, mi mayor ganacia son Ustedes, los que se han tomado un minuto para leer estas palabras, los que me han animado a seguir adelante, los que han confiado en mi. Son Ustedes mis mayores maestros, son ustedes quienes me han impartido sus mejores enseñanzas. Son Ustedes mi mayor riqueza. Por eso permíntanme decirles gracias, porque son Ustedes aquella estrella que orienta mi horizonte.

Quiero  invitarles a conservar el estudio, el aprendizaje y el saber como esa expresión natural de la búsqueda de sabiduria. Que volvamos la mirada al rostro del Otro que acompaña nuestro caminar, que no renunciemos a la loca tarea de soñar y construir un mundo mejor. No demos la espalda a la felicidad,  no es el momento de renunciar,  ni de decir adiós  a aquellos ideales. Une tu mano junto a la mía y sintamos la fortaleza de seguir adelante, no nos dejemos amedrantar por el miedo que ata nuestro espíritu, ni por una sociedadnecrofílica  que pregona el capital y la acumulación como el valor supremo. Luchemos cada día por un mundo mejor, esa es la mejor enseñanza que recibi de Ustedes en estos años de maestría y que alienta mi caminar, soy terco y no renuncio a lo que amo que es mi vocación de maestro que acompaño desde la cercanía o la lejanía según el caminar de cada uno.

Finalmente, excusen si estas palabras carecen de profundidad epistémica, pero recogen mi sentir en este momento, es la forma de rechazar una educación mercantil, industrializada que roba los sueños y reprime el deseo humano. Esta es mi forma de agradecer de manera sencilla y es también mi forma de rechazar toda injusticia que oprime el espíritu libre y soñador, es el llamado a transformar la escuela en espacios de amor y felicidad, es el clamor a Ustedes, que les necesito y que quiero seguir contando con cada uno, por eso les ofrezco este título como signo de gratitud

Willian Fredy Palta Velasco

Noviembre 15 de 2013

DE LA MASIFICACIÓN A LA DEMOCRATIZACIÓN: UNA APUESTA ÉTICA Y POLÍTICA PARA SUPERAR LA EXCLUSIÓN

DE LA MASIFICACIÓN A LA DEMOCRATIZACIÓN: UNA APUESTA ÉTICA Y POLÍTICA PARA  SUPERAR LA EXCLUSIÓN

Willian Fredy Palta Velasco


En todos los países el discurso político y social reitera la importancia de la educación como herramienta substantiva para el desarrollo económico de nuestras sociedades. Paradójicamente los recursos dedicados al sector educativo son escasos, mal distribuidos y con pobre eficiencia.

 Pensamiento de Fe y Alegría.
Documentos  de los congresos Internacionales 1984-2007

 

Una problemática que se viene presentando con mucha frecuencia en los procesos de Educación Superior (ES), tiene que ver con la cobertura y la inclusión de la población al sistema escolar, a tal punto, que cobertura e inclusión se constituirán en criterios determinantes de la “calidad” de la ES. Es en esta medida que la Instituciones de Educación Superior (IES) y con ellas las política públicas han implementado estrategias para responder a esta exigencia con eficiencia y eficacia. Sin embargo,  podemos lanzar la tesis que se pretende sustentar y es que  estas estrategias de inclusión, no son propuestas propiamente democráticas, sino que corresponden a mecanismo de masificación, un primer elemento para sustentar esta afirmación es que aunque minimiza algunos efectos de la exclusión, no responder a dinámicas de reconocimiento y promoción de capacidades de los agentes[1] afectados por dichas prácticas. En este sentido sigo el planteamiento de Ingrid Sverdlick, Paola Ferrari, Analía Jaimovich cuando afirman que:

La reforma de los 90 es una clara muestra de cómo la ampliación de los sistemas de educación, en términos de cantidad de instituciones, proliferación de títulos, e incluso, aumento absoluto de la matrícula, no representa una democratización en los sistemas educativos; en particular si nos referimos a la composición del estudiantado. Analizar la amplitud del acceso a la educación superior requiere ponerla en el contexto de la sociedad de la cual forma parte y de las políticas públicas en general y educativas en particular que inciden sobre el sistema educativo. Es decir, requiere considerar aquellas políticas de estado e institucionales que incluso pueden ser determinantes para el acceso de diversos sectores sociales a los niveles educativos más altos. (Sverdlick, Ferrari, & Jaimovic, 2005, pág. 6)

Se puede evidenciar que  el incremento en la matrícula y la inclusión de personas en el sistema, ya sea por acciones afirmativas u otras políticas, no responde a las problemáticas propias de los sistemas inequitativos, desiguales y excluyentes, para ejemplificar esta afirmación, nos podemos referir a Kathya Araújo cuando afirma que 

 Se propone entender que el caso de las mujeres constituye un ejemplo expresivo del hecho que resolver el acceso a la educación superior por una ampliación en la participación no es sinónimo de resolución de inequidades, esto es, que la mera ampliación de la matrícula de sectores excluidos es insuficiente para resolver el problema de equidad. (Araújo, 2006, pág. 207)

Esto es que existen una serie de situaciones que afectan las prácticas equitativas que promocionen al ser humano independiente de su condición  económica, social, étnica o cultural. Esto nos lleva a afirmar que en la ES se ha disfrazado bajo el eufemismo de  democratización, la masificación, es decir, que el aumento de la matrícula no corresponde a una satisfacción de las necesidades, coherente con las carencias que la realidad presenta. Esto es que se reduce sólo al aumento de la matrícula y aumento de cupos, pero siguen existiendo las condiciones que mantienen la inequidad. Esto aparece claramente en los estudios  referentes a la matrícula, cuando presentan las cifras sobre quienes ingresan (procedencia, nivel de ingresos económicos, género y su relación con las carreras que eligen) (Cfr. Araújo, 2006, pág. 185). Igualmente, la relación de escogencia de carreras depende de unos condicionamientos sociales, tanto en sus imaginarios, como en las condiciones de ingreso familiar.

Para afrontar esta situación se debe abordar desde la consolidación de políticas públicas orientadas a la IES, que trascienda la cobertura como masificación y se transforme en cobertura como proceso de democratización. Esto implica para el caso colombiano revisar las pruebas de Estado(pruebas saber 11) que no corresponden a políticas equitativas, generando exclusión e invisibilización de un sector mayoritario en la educación pública, dificultando el ingreso a personas de escasos recursos a universidades privadas. Se requiere una prueba que no sea desde el paradigma de igualdad de derechos, sino de equidad de oportunidades y desarrollo de capacidades, es una revisión a la apuesta ética y política  que rige la IES. Este proceso de democratización implica del consenso de la comunidad de determinar el tipo de educación que considera valiosa, lo que requiere de una participación real, efectiva y simétrica de cada miembro de a comunidad y esto exige del reconocimiento de la persona desde su humanidad y no desde su representación económica para el sistema escolar.

Bibliografía

Araújo, K. (2006). Aportes desde los estudio de género al debate sobre equidad en la Educación Superior. En K. Araújo, Caminos para la Educación Superior en Chile (págs. 215-228). Santiago- Chile: Fundación Equitas.

Fe Y Alegría. (2008). Pensamiento de Fe y Alegría. Documento de los congresos internacionales 1984-2007. Caracas: Federación Internacional de Fey Alegría.

Sen, A. (2009). Desarollo y libertad. Bogotá: Planeta.

Sverdlick, I., Ferrari, P., & Jaimovic, A. (2005). Desigualdad e inclusión en la educación superior. Un estudio comparado en cinco países de América Latina. Buenos Aires: Laboratorio de Políticas públicas de Buenos Aires.  



[1] Asumo los término capacidades y agentes siguiendo la propuesta de Amartya Sen en Desarrollo y Libertad (2009)

SER Y SENTIDO DE SER MAESTRO. Entrevista

SER Y SENTIDO DE SER MAESTRO. Entrevista

Presento aqui la entrevista completa dada a la Fundación universitaria católica Lumen Gentium, al recibir homenaje como egresado destacado de la facultad de educación con motivo del reconocimiento del Ministerio de Educación nacional, como mejor docente de ética 2012. parte de esta entrevista fue publicada en el diario occidente el 19 de mayo de 2013 Pg 7 con el título la labor docente un ejercicio pasional. http://issuu.com/diariooccidente/docs/diario_pdf_19_de_mayo_de_2013/6?zoomed=true
  1. ¿Qué es lo más bonito de ser docente?

El quehacer del Maestro es una experiencia existencial que se reviste de pequeños y significativo momentos que le dan sentido; es recrearse en el encuentro, es dinamizar el diálogo y expresar el amor como  manifestaciones de una práctica que trascienden el ejercicio profesional y lo constituyen en una vocación que configura un estilo de vida particular. Dicho de otra manera ser Maestro es asumir una razón por la que se entrega la vida. Esto es lo que encuentro de maravilloso de ser Maestro.  

 

  1. ¿Cuál ha sido el mayor reto para ejercer este oficio?

Creo que el mayor  reto  no lo ha dejado de ser; porque  la tarea lo sigue siendo y consisero que son varios los retos: uno humanizar en una sociedad marcada por una economía necrofílica, donde el vacío y la civilización  del espectáculo (como diria Vargas Llosa) generan víctimas que padecen los efectos negativos del sistema, constituyendo un mundo inhumano. Es allí donde estamos llamados a ser profetas de la esperanza y constructores de la civilización del amor. Igualmente otro desafio relevante de nuestro quehacer es aportar a la construcción de una sociedad más justa, solidaria y fraterna, es por esto que nuestro quehacer  es una opción ética y política. Podriamos decir entonces  que nuestro reto es Cambiar el mundo.

  1. ¿Cuál ha sido su mayor experiencia (anécdota) en las aulas de clase?

Cada día es una nueva experiencia llena de aprendizajes, es sorprendente con las nuevas “locuras” con las que salen los estudiantes, sin embargo, no es fácil resaltar una sola, pero podría decir comprender que los procesos de aprendizaje- enseñanza- evaluación es una práctica más afectiva que epistémica: Es decir el reconocer, valorar y amar a nuestros estudiantes  genera mejores rendimientos que el solo depositar contenidos. Otra experiencia que quisiera resaltar es como los estudiantes de la universidad llegan a  clase de ética el primer dia con una actitud apática porque les toca ver “eso” y cuando terminan el semestre expresan el valor y la importancia del curso, porque encuentran como éste les aporta en su vida personal y profesional.  

  1. ¿Cómo es su relación con los estudiantes?

No hay necesidad de marcar una diferencia en la manera de establecer la relación con los estudinates, claro está que es necesario determinar roles, pero esto no implica que se deba pensar en una relación distante y excluyente. Comprendo al estudiante como Otro que convive con nosotros, es por esto que trato de establecer una relación desde  la proximidad, es decir, frateno, alegre (por no decir bromista) pero muy exigente: me gusta ser muy claro y crítico: los jóvenes quieren maestros cercanos pero no permisivos y que sean exigentes pero intransingentes. Que establezcan comunicación clara, diáfana, fraterna y no que solo se limite a hacer comunicados.

  1. ¿Cuál cree que es la mejor estrategia o metodología de enseñanza?

No considero  que exista un método único  o exclusivo que haga efectiva los procesos de enseñanza. Creo que todo está en la forma como asumimos nuestra vocación. Existen maestros en lugares distantes que deben hacer  uso de los pocos recursos y adaptarlos con diversas estrategias y allí en las profundas dificultades surgen grandes maestros, no por los métodos que usen sino por el amor con que lo hacen. Eso es lo que marca la diferencia. Hay en ocasiones que pareciera que fuesemos proselitistas de métodos pedagógico. No quiero decir que las teorias pedagógicas no sean importantes, sino que el problema educativo no es tanto de método sino de compromiso y coherencia con nuestra responsabilidad de maestros.

  1. ¿Qué le aportó UNICATÓLICA en su formación como docente?

Tuve la fortuna de ver construir física y académicamente a La Fundación unversitaria católica Lumen Gentium y recuerdo como Monseñor Isaias Duarte nos hacia comprender que Lumen Gentium es luz de los pueblos y que la universidad existía para ser presencia iluminadora en los sectores en los que nos desempeñaramos y esto ha marcado profundamente mi quehacer pedagógico. El compromiso  social de nuestra práctica es herencia de mis años de formación. Además pude hacer parte  de Unicatólica como maestro lo que llevó a consolidar mi conciencia pedagógica como praxis liberadora.

  1. ¿Cómo afronta a esta nueva generación con ideas y percepciones a veces diferentes y a veces retadoras?

En una sociedad qe cambia tan vertiginosamente y con el desarrollo de la tecnología afecta significativamente a nuestros jóvenes, nos lleva a comprender que las prácticas pedagógicas deben cambiar. Nuestra mirada debe renovarse y asumir los desafíos que la educación afronta: esto exige del maestro una permanente preparación, una reflexión constante de su quehacer y de humildad para asumir las transformaciones propias de la praxis pedagógica. El estudiar, escuchar, diálogar y confrontar mi práctica es una manera de afrontar los retos educativos.

  1. ¿Qué piensa su familia sobre su trabajo como docente?

Mi familia como muchas de nuestra amada Colombia ha padecido de grandes necesidades  económicas, sin embargo, mis padres siempre le apostaron a la educación como el camino para mejorar nuestras realidades personales y familiares. En la sabiduria campesina de Papá y Mamá nuestra educación es una prioridad y a pesar que padecimos de muchos sacrificios para estudiar,  el resultado es una familia donde todos estudiamos por lo que hoy varios de mis hermanos son maestros. Igualmente mi esposa es Maestra por lo que  son persona que ven en la educación un bello servicio social y un magnifico ejercicio profesional: finalmente mi hija  Nataly Palta Carvajal expresa mucha alegría que sus padres sean maestros y ella lo considera como un horizonte de sentido.

  1. ¿Alguna vez pensó en ejercer otra profesión?

Uno va haciendo un discernimiento  vocacional; desde el bachillerato queria dedicarme a procesos de servicio, pero fue algunos años después de terminar la secundaria que descubrí que era como maestro que queria vivr mi vida y hoy creo que no hubiese sido feliz en otro lugar. La paz y la felicidad que  experimento en cada encuentro con mis estudiantes son profundas. Siento que cada día en el colegio, en la universidad, en las conferencias me hago más humano y aportó un grano de arena a la humanización de esta sociedad. Los estudiantes  pueden dar fe de la pasión con la que vibro en cada momento que comparto clases con ellos. Hoy sé que mi vida está en la educación tanto como estudiante que como maestro.

  1. Un mensaje para los docentes.

A mis Maestros de la Unicatólica y Univalle donde me formé; a los compañeros del Absalón Torres Camacho en Florida Valle con los que cada mañana comparto esta Vocación y mis Colegas y amigos de la Universidad de San Buenaventura donde construimos una sociedad más fraterna, quiero decirles Gracias, por permiter que cada dia aprenda de ellos, por animarme en los momentos dificiles de nuestro ejercicio y por permitir compartir con ellos la existencia, por eso quisiera decir que Vale la pena y tiene sentido ser Maestro! porque somos los gestores de la vida, de la felicidad y el amor y para esto no hay obstáculo  que el  Maestro no pueda vencer. Permítanme Finalizar con la palabra de Ginott: “Llegué a una conclusión amedrentadora: Soy el elemento decisivo en el aula de clase. Es mi relación personal la que crea el ambiente. Es mi humor diario el que genera el clima. Como profesor poseo un tremendo poder para hacer la vida de un niño miserable o alegre. Puedo ser la herramienta de tortura o el instrumento de inspiración. Puedo humillar o alegrar, herir o curar. En todas las situaciones, es mi respuesta la que decidirá si una crisis podrá ser vencida o vencedora y si un niño puede ser humanizado o deshumanizado”

LA EDUCACIÓN COMO PRAXIS TRANSFORMADORA: UNA APUESTA ÉTICA MÁS ALLÁ DE LA INCLUSIÒN

LA EDUCACIÓN COMO PRAXIS TRANSFORMADORA: UNA APUESTA ÉTICA MÁS ALLÁ DE LA INCLUSIÒN

Willian Fredy Palta Velasco

América latina está sometida a planes de ajuste estructural promovidos por instituciones finacieras multilaterales, en los que se anuncian y promueven una visión macroeconómica, sustentada en equilibrar las cuentas nacionales, especialnmente las relativas a la balanza comercial y reducir los déficits fiscales. Los programas de ajuste estructural de las economías traen como consecuencias, al menos en corto plazo, efectos negativos sobre la realidad social de las mayorías empobrecidas. Estas consecuencias se agudizan dada la poca capacidad de los estados y las sociedades para aplicar y desarrollar políticas sociales y económicas compensantoria. (…) La realidad educativa está marcada por la promoción de reformas educativas promovidas desde los estados con la participación y apoyo del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo. Reformas que se sustentan en la descentralización, la promoción de la cobertura escolar, la mejora de las instalaciones físicas e intentan la promoción de la calidad educativa en un ejercicio de equidad. Las reformas educativas, sin embargo, tienen un signo coherente con el modelo de globalización y apertura de los mercados económicos. En todos los países el discurso político y social reitera la importancia de la educación como herramienta substantiva para el desarrollo económico de nuestras sociedades. Paradójicamente los recursos dedicados al sector educativo son escasos, mal distribuidos y con pobre eficiencia.

Pensamiento de Fe y Alegría.

Documentos  de los congresos Internacionales 1984-2007

Nada más peligroso en la educación que los eufemismos y las modas, pero peor aún cuando los eufemismos se convierten en el discurso de moda, es precisamente esto lo que sucede con la inclusión, que desde hace un buen tiempo ha hecho parte del lenguaje político y de los discursos educativos, en el cual hemos hecho uso de él y hasta lo establecemos como distintivo de nuestras instituciones y prácticas, sin embargo quisiera hacer algunas preguntas en voz alta al respecto, no tanto porque tenga respuestas, sino para pensar un camino a seguir desde una propuesta educativa coherente, ética y transformadora.

 Una primera pregunta que quisiera dejar plasmada es ¿qué es educar? ¿Cuál es su finalidad? La educación es una praxis de humanidad, en otras palabras, como lo indica Pérez Esclarin Educar es humanizar (2004) esto es potencializar el espíritu humano, sacar de adentro los valores que hay en cada ser, posibilitar el alma humana hacia la creación de nuevas realidades, es la posibilidad de superar lo inhumano, la barbarie y la exclusión. Esta praxis de humanidad exige de la proximidad, del encuentro con el Otro, es tener la capacidad de reconocerle como corporalidad viviente que sufre los efectos negativos del sistema (Cfr. Dussel, 1998).  Es precisamente la conciencia de esta realidad de víctima la que nos obliga a superar la mera transmisión de conocimiento y generar espacios de humanidad. No podemos disfrazar detrás de los eufemismos la condición de víctima y las situaciones que generan dicha condición. Humanizar es ser sensible frente a la injusticia, el dolor, el sufrimiento y provocar su transformación (Cfr. Meier, 2009)

 Si afirmamos que educar es humanizar su finalidad debe estar orientada hacia tres acciones que constituyen el carácter mismo de educar: i) Trascender que es tocar el alma de los jóvenes y llenarlas de sueños, ilusiones, esperanzas y alegrías,  ii) Liberar que es abrir los caminos y potenciar el espíritu humano hacia la búsqueda de un estilo de vida autónomo, coherente y transformador y iii) Amar que es asumir una causa por la que se esté dispuesto a dar la vida. Esa es la tarea de educar.

 Una segunda pregunta que quisiera plantear es ¿qué es inclusión? Una primera aproximación para responder es presentarla como antónimo de exclusión o traer hacia adentro algo que permanece en la exterioridad, siguiendo esta idea, me surgen otras inquietudes ¿quiénes y por qué están afuera? ¿Cuál es la realidad de ese adentro? ¿Para qué estar adentro? En un proceso industrializado,  esto está orientado por protocolos estandarizados, que resolvería estas inquietudes si llegasen a presentarse. Pero en los procesos educativos que son procesos humanos y de humanidad ya no es tan obvio esta situación, aunque se haya querido estandarizar los procesos humanos y protocolizarlos industrialmente bajo el eufemismo de "calidad".

 La educación como acto humanizador exige al hablar de inclusión, no sólo comprenderla como un acto de traer hacia dentro algo o alguien, como si esto resolviera el problema. Pareciera que toda la solución fuera incluir al que está fuera en un sistema o realidad, sin detenerse a pensar en las realidades del que se desea incluir, ni las condiciones de la situación en la que se piensa incluir. Todo se reduce como el meter en la bolsa para ocultar una realidad. Sin embargo, permítanme detenerme un momento frente  a esta situación y preguntar ¿cuál es el lugar educativo hoy? ¿Es un lugar adecuado para todos? ¿Cualquier persona puede ser incluida en cualquier realidad? Los estudios sobre las reformas educativas que se vienen generando en América Latina han mostrado que la problemática de la inclusión, no se puede reducir al simple acceso al sistema formal o de cobertura de la población, tal como lo expresa Ingrid Sverdlick,  Paola Ferrari,  Analía Jaimovich cuando afirman que:

La reforma de los 90 es una clara muestra de cómo la ampliación de los sistemas de educación, en términos de cantidad de instituciones, proliferación de títulos, e incluso, aumento absoluto de la matrícula, no representa una democratización en los sistemas educativos; en particular si nos referimos a la composición del estudiantado. Analizar la amplitud del acceso a la educación superior requiere ponerla en el contexto de la sociedad de la cual forma parte y de las políticas públicas en general y educativas en particular que inciden sobre el sistema educativo. Es decir, requiere considerar aquellas políticas de estado e institucionales que incluso pueden ser determinantes para el acceso de diversos sectores sociales a los niveles educativos más altos. (Sverdlick, Ferrari, & Jaimovic, 2005, pág. 6)

 Tal como afirman las autoras referenciadas, el acceso al sistema educativo formal, no es un elemento determinante de la inclusión si persisten las condiciones que generan la exclusión y la invisibilización. Es necesario superar la idea de democratización como sinónimo de masificación. Debemos repensar la democracia como un ejercicio de consenso, participación simétrica y reconocimiento de cada uno de los miembros de la comunidad desde su igualdad diferenciada, esto es que cada ser humano expresa su voluntad de vida y la manera como considera valiosa la manera de vivirla y aunada por el consenso en comunidad se llega a la voluntad general y se gestan las mediaciones para satisfacer las necesidades de la población (cfr. Palta, 2011). Cuando se masifica la educación se corre el riesgo de invisibilizar al Otro convertirlo en una estadística que en nada resuelve su condición de exclusión.

 Cuando una persona vive una condición de víctima, es decir, es excluida por una situación determinada, lo importante es reconocer lo que genera la exclusión y posibilitar la eliminación y la superación de aquellas situaciones que generan la condición de víctimas. Incluir desconociendo esto radicaliza la condición de víctima, porque quien padece dicha negatividad (la exclusión) quedaría inmersa en una realidad excluyente e injusta y se reduce la inclusión como el estar adentro, aún más si este nuevo espacio experimenta situaciones de injusticia la víctima vive su exclusión a través de la inclusión.

 La condición de víctima surge porque se padece una injusticia, una necesidad no resuelta. Incluir en sí misma no resuelve el problema, ni satisface las necesidades de la comunidad. Ahora bien, es menester aclarar que la superación de las condiciones de exclusión no es una acción externa, ni  generada por agentes externos de la comunidad,  sino que ésta se debe dar en el seno de la comunidad de víctimas porque ésta es el actor colectivo de la liberación. Y esto sólo es posible a través de la transformación de la situación de injusticia que genera la condición de Víctima de la exclusión. Deseo expresar aquí una ide,  que a mi manera de ver, sería una relevante conclusión, la exclusión es una poblemática estructural. Requiere de profundo cambios sociales, no es asunto sólo del ámbito educativo, sino que requiere de acciones sociales que transformen las realidades generadoras de la exclusión. Eso si reconozco que la educación ofrece un aporte invaluable y relevante, pero no se puede pensar el asunto sólo desde la escuela. Por tanto, la educación debe empoderar la conciencia que geste la transformación de las realidades de injusticia, esto le configura a la educación su carácter, su apuesta ético -político. La educación humanizadora debe develar las injusticias que disfrazan tras eufemismos y políticas asistencialistas que sólo busca la dependencia de la víctima con su opresor. En conclusión, no basta sólo con incluir, sino que se requiere de una acción transformadora, una apuesta ética de una praxis humanizadora y liberadora.

Bibliografía

Dussel, E. (1998). Ética de la liberacion en la Edad de la globalizacion y de la Exclusión. México: Trotta.

Fe Y Alegría. (2008). Pensamiento de Fe y Alegría. Documento de los congresos internacionales 1984-2007. Caracas: Federacion Internacional de Fey Alegría.

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.

Meier, C. (2009). La Educación a la Luz de la Pedagogía de Jesús de Nazaret. Bogotá: Paulinas.

Palta Velasco, W. F. (2011). El consenso fruto de la participación y el reconocimiento: fundamento del principio democrático. En XVI Congreso Internacional de Filosofía (págs. 1242-1261). México: AFM.

Pérez Esclarín, A. (2004). Educar para humanizar. Madrid: Narcea.

Sverdlick, I., Ferrari, P., & Jaimovic, A. (2005). Desigualdad e inclusión en la educación superior. Un estudio comparado en cinco países de América Latina. Buenos Aires: Laboratorio de Políticas públicas de Buenos Aires.

DEL COMUNICADO A LA COMUNICACIÓN: LA REVOLUCIÓN EN EL ACTO DE EDUCAR.

DEL COMUNICADO  A LA COMUNICACIÓN: LA REVOLUCIÓN EN EL ACTO DE EDUCAR.

La educación se torna en un acto de depositar, en que los educandos son depositarios y el educador el depositante.En lugar de comunicarse, el educador hace comunicados y depósitos que los educandos, meras incidencias u objetos reciben pacientemente, memorizan y repiten. He aquí la concepción bancaria de la educación, en la que el único margen de acción que se ofrece a los educandos es el de percibir los depósitos, guardarlos y archivarlos

                                   Paulo Freire

 

El quehacer pedagógico ha estado marcado por la búsqueda de excelentes niveles académicos por parte en los educandos. La pregunta  constante es ¿cuáles son los saberes que se requieren en cada una de las áreas del conocimiento para conseguir este propoósito? Interrogante que marca el inquietante deseo de que nuestros jóvenes “sean mejores estudiantes”. Sin embargo, pareciera que los esfuerzos docentes para alcanzar este propósito fueran insuficientes, aún más cuando la apatía, la desatención, la indisciplina y el desinterés son las actitudes más frecuentes que maestros y padres evidencian por parte de los educandos.

 En el acto de educar,  que es un acto entre personas que se comunican, pareciera que algo no está bien. La comunicación exige de tres elementos básicos: emisor, mensaje, receptor, que deberia el receptor convertirse en emisor (en la educación esto es obligatorio). La ética del discurso habla de una comunidad de comunicación como “la condición necesaria de la argumentación, en una comunidad lingüística de comunicación en el que dicho reconocimiento permite éticamente al argumentante tomar seriamente al otro y gracias a ello aceptarle su razón” (Apel, 1992, pág 11) pero esta comunidad de comunicación que plantea Apel, se queda en el plano de la comunicación del lenguaje, donde lo relevante está en el mensaje (discurso). En el campo educativo podriamos decir con Freire, que el maestro hace “comunicados” (Cfr. Freire, 2011) es decir, enuncia un discurso lleno de saberes técnicos, académicos que el estudiante debe saber, pero este “discurso”  no llega al emisor en la forma  que deberia, porque nos olvidamos que que el receptor es un agente, una corporalidad viviente, que sufre los efectos negativos del sistema: hambre, frio, soledad, necesidad de afecto, entre otros. Y lo convertimos en un “receptáculo” que debe aprender el discurso (comunicado) enunciado, no hay , por lo tanto,  un diálogo, una comunicación, entendida ésta como el encuentro entre personas, una relación simétrica. La comunicación aquí , no es sólo la expresión del lenguaje verbal, sino el encuentro existencial con el Otro.

 La invitación es a cambiar nuestra mirada, dejarnos interpelar por la palabra viva del Otro, que expresa una vivencia, un saber y una experiencia frente a la palabra emitida por el maestro. La palabra en la comunicación pedagógica no es un vaho que se enuncia, sino una existencia que se realiza. Negar la posibildad del diálogo, es renunciar al acto educativo para convertirlo en un acto dominador que adoctrina la mente y mata el espíritu.

 El maestro debe dejar de emitir  comunicados y pasar  a la comunicación diáfana, franca y sincera que nos permita comprender la presencia del Otro. Es una revolución pedagógica que nos obliga a pensar a nuestro lugar, como diria Freire es sacar el “opresor” que  habita en nuestro interior (cfr. Freire,) y abrirnos a una practica de proximidad de salir al encuentro del Otro.

 Es asumir la actitud obediente (como capacidad de escuchar al Otro) para comprender que el problema del rendimiento escolar, no es tanto un problema cognitivo, ni de saberes y conocimiento, sino un problema de afectos, de comprensión de su sentido existencial. Promover el diálogo es promover la emancipación del espíritu humano, es provocar y motivar  para sacar de adentro aquella utopia que aguarda el espíritu humano. Finalmente, negar la posibilidad del diálogo es negarle la existencia y la realización del Otro.

Bibliografía

Apel, Karl-Otto, Enrique Dussel, y Raúl Fornet. Fundamentación de la ética y filosofía de la liberación. México: Siglo XXI editores, 1992.

Freire, Paulo. La educación como práctica de la libertad. Mexico: Siglo XXI, 1985.

—. Pedagogía de la esperanza. México: Siglo XXI, 2011

—. Pedagogía del Oprimido. México: siglo XXI, 2005.

SER MAESTRO: UNA OPCIÓN DE VIDA

 

SER MAESTRO: UNA OPCIÓN DE VIDA

A propósito del día del maestro

Willian Fredy Palta Velasco

 

Lo que me mueve a ser ético por sobre todo es saber como la educación es, por su propia naturaleza, directiva y política, yo debo respetar a los educandos, sin jamás negarles mi sueño o mi utopía.

Paulo Freire.

Pedagogía de la esperanza.

 

Pudimos haber estudiado una de las variadas carreras que se ofrecen en las universidades, todas muy loables y atractivas. Sin embargo elegimos una profesión que al asumirla se transforma automáticamente en una opción de vida, que compromete la existencia; no se ejerce la profesión de maestro, se es maestro. Transforma nuestra vida, nuestros pensamientos y nuestra alma, porque después de asumir esta vocación con la exigencia moral que ella implica, no se vuelve a ser igual; nuestra mirada cambia, la forma de ver el mundo y de comprender al Otro, es una experiencia maravillosa y novedosa. Ser maestro es tener la capacidad ver lo esencial, lo que es invisible a los ojos, porque se es capaz de transcender la mirada y contemplar lo que se haya en lo más profundo de alma humana.

 

Ser maestro es compartir la existencia con los demás, es un acto de donación que no se retiene para sí mismo, sino que está dispuesto a la entrega desinteresada como práctica amorosa; su cansancio, su angustia, su preocupación y stress, es fruto del deseo de querer entregarlo todo al servicio de su misión y de  aquellos con quienes ha decidido compartir su existir. Ser maestro es asumir su praxis como una opción ético- política que responde a la urgente exigencia social de transformación, fruto de su conciencia que se indigna frente a la injusticia, el dolor y la miseria.

 

Asumir este estilo de vida conlleva a creer en la utopía y hacerla realidad, el maestro es un hacedor de imposibles y un constructor de sueños. Es un ser que no se acobarda frente a los vientos de guerra y no hace eco a los profetas de las desgracias, al contrario conserva en su interior la convicción perenne que con su cotidianidad en el aula, en el patio de juego, en el pasillo, o en la calle está aportando a la construcción de nuevas realidades y que por medio de su quehacer pedagógico está humanizando.

 

Humanizar es la función esencial del ser maestro, es el proyecto en el que pone sus fuerzas y es la causa por la que está dispuesto a dar la vida. El maestro se la juega por su opción de vida, sabe que su misión no se enmarca en el tiempo (cronos), sino que trasciende la temporalidad cronológica y se convierte en Kairos el tiempo divino, maravilloso que no tiene fin. Su praxis supera las barreras espacio-temporales y se incrusta en el alma del niño, joven y adulto. Ser maestro es un acto de amor, del amor que nos convoca a seguir compartiendo la existencia y a seguir caminando al lado de aquellos por quienes nos jugamos la vida.

FELIZ DÍA MAESTROS

Mayo 15 de 2012

AGORA 6: CONSUMO, POLÍTICA Y SOCIEDAD

AGORA 6: CONSUMO, POLÍTICA Y SOCIEDAD

Nuevamente presento una reflexion fruto de la discusión en clase. Un Texto que nos permite pensar  sobre la relación entre Consumo, politica y nuestro compromiso ciudadadno. Agradezco a Angie por permitir publicar sui texto en este espacio.

 

CONSUMO, POLÍTICA Y SOCIEDAD

                                          Angie Arce[1]

 

Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie,

 ni hacerle mal en su persona,

aunque piense y diga diferente”.

Comunidad Wayú[2]

 

Actualmente se habla de una sociedad de consumo, un consumo que ha ido creciendo cada vez más; esto se da gracias a la irracionalidad que tenemos al momento de gastar, comprar y consumir; cuando adquirimos un producto no pensamos en nuestras verdaderas necesidades, incluso ni siquiera pensamos en el beneficio que este producto nos pueda aportar como tal. Estamos comprando cosas que verdaderamente no necesitamos, entonces a que podremos llamar ¿un consumo justo?, si todo el tiempo los medios de comunicación nos están vendiendo no un producto sino una marca; sería pertinente que antes de adquirir un producto pensemos a qué estamos contribuyendo, ya que a diario se ve como grandes empresas generan empleo a niños de muy bajos recursos, y lo peor, no es la “oportunidad” que les dan sino el salario que reciben a cambio de su trabajo puesto que muchos de ellos reciben menos de 1 dólar, salario que no cubre las necesidades básicas y por ende no aportará una buena calidad de vida.

 En esta medida no siempre, pero muchas de las veces que compramos algún producto estamos ayudando esa explotación, o por el contrario ayudamos a que se reconozcan las condiciones laborales justas (salario, prestaciones sociales entre otras) a esto es lo que se llama consumo justo y responsabilidad de consumo. Es decir, la toma de conciencia a la hora de consumir para no participar de prácticas que desmejora las condiciones laborales y de vida de las personas, sino que nuestro consumo incentive prácticas morales en la economía, el mercado. La conciencia de consumo responsable, implica, también identificar si los productos a consumir son amigables con el ambiente. Sin embargo, ello no es sólo problema de quienes compran, aquí también tienen mucha responsabilidad quienes nos gobiernan, ya que han permitido que la sociedad de consumo se intensifique cada vez más, empezando por el monopolio industrial que tienen otros países dentro del nuestro, es decir que el problema que se vive actualmente no es culpa de unos pocos.

En cuanto a la anera de elegir nuestros mandatarios, las votaciones han sido muy influenciadas por las diferentes manipulaciones que se hacen desde la política sobre la población colombiana, se ha demostrado que la más involucrada en esto es la población popular debido a que a la hora de votar y elegir un gobernante, las personas pueden ser “compradas” materialmente diciéndoles que les van a regalar comida, dinero, utensilios para la casa, en fin, de tal modo que los aspirantes se aprovechan de la situación vulnerable manipulándolos de esta forma; sin embargo, constitucionalmente se enuncia que es la población quien elige los mandatarios sin importar raza, estrato social, nivel de escolaridad, entre otros, sólo se pide que sea mayor de edad aunque se debe aclarar que el comercio de los votos no sólo puede ser un engaño material, sino también un beneficio económico.

 

En relación a lo anterior, es importante hablar de una parte de la población, aquella que posee un nivel socio-económico mayor, estas personas tiene un fácil acceso al estudio, se posicionan con facilidad en el campo laboral, pero aún así, dejan que los mandatarios los elijan otros porque ellos no votan; es importante tener en cuenta que ellos podrían entrar a debatir con mayor peso y racionalidad, aunque esto no quiera decir que las personas de estratos populares no lo hagan o no sean capaces de hacer, sino que la demanda capitalista exige un título profesional el cual hace que usted sea alguien al menos en esta sociedad.

 Los problemas descritos anteriormente tienen sus raíces en la “educación”, pero no cualquier educación, sino la “educación ciudadana”, los colombianos no tenemos compromisos ético y la crisis social que existe en la actualidad evidencia la raíz de esta crisis ética. Garzón[3] en su conferencia hablaba algo que nos llamó mucho la atención y fue la razón que sustenta que el país está como está, pues no se sabe manejar la grandeza, porque no se asume una identidad propia, además de la inmensa corrupción que se maneja tras escenario y que afecta en gran parte la situación del país en muchos aspectos.

 En Colombia no existe la convivencia ciudadana, aquí gana el que tiene más poder a sabiendas que “toda” la población tiene poder, más no unos cuantos. No se tiene sentido de pertenencia, se desconoce que el bienestar general es un compromiso de todos y por ende, no podemos taparnos los ojos y seguir caminando; para mejorar aquello, podemos empezar desde nuestra educación (la universidad), promoviendo una buena vibra, así aparentemente a nuestro alrededor casi todo sea negativo y unos pocos tengan iniciativa. Debemos asumir la dirección de nuestra patria Colombia, no debemos esperar a que alguien tome el mando y sea el líder que soluciones los problemas, ¡No!, pues todos podemos comenzar siendo líder de un futuro, un futuro que parece llegar más rápido que nunca; debemos asumir la dirección de nuestro propio país, nadie lo salvará sino “tú”.

 Por otro lado, es necesario entender que nosotros los colombianos estamos muy ligados a ser individualistas, no tenemos conciencia colectiva y prácticamente tenemos posiciones muy cómodas ante la vida: “el problema no soy yo”, es decir: “me salvo yo y el resto de personas que solucione sus propios problemas”… Solemos decir “a mí que me importa la vida de los otros”, y esta expresión muestra la gran indiferencia que tenemos por nuestro país; nosotros debemos darle un giro a esto y cambiar este pensamiento siendo personas comprometidas con la misma población, siendo cívicos, respetuosos, valorando el lugar en el cual nos encontramos.

 ¡EL BIENESTAR GENERAL ES UN COMPROMISO DE TODOS!



[1] Estudiante de Psicología, Universidad de San Buenaventura – seccional Cali. 

[2]  Según Jaime Garzón con esta expresión la comunidad Wayú , tradujeron el artículo 11 de la Constitución  Política Colombiana.

[3] Se hace referencia a la Conferencia dictada por Jaime Garzón en la Corporación Universitaria Autónoma de Occidente de la ciudad de Cali, el 24 de febrero de 1997 (hoy Universidad Autónoma de Occidente - UAO). Para ver conferencia: http://www.youtube.com/watch?v=zKBtNfnVRBQ

AGORA 5: ÉTICA Y DEMOCRACIA

AGORA 5: ÉTICA Y DEMOCRACIA

ÉTICA Y DEMOCRACIA No 1

 Desde hace algunas semanas he venido trabajando con los estudiantes de la Universidad de San Buenaventura – seccional Cali, el tema de Ética  y  Democracia planteando algunas discusiones en torno a la realidad ética, social y política, estos ejercicios académicos ha dado como resultado algunas  reflexiones que presento en este espacio para que todos podamos participar de este diálogo. Agradezco a Jorge Andrés Vásquez Recio por compartir su pensamiento con nosotros permitiendo la publicación de su texto.

  

 

 

¿Cuál es la causa de todo eso?

Jorge Andrés Vásquez Recio[1]

                                                                                   

Muchas de las personas que hoy viven o viajan a Colombia se preguntan ¿Qué es lo que hace que Colombia sea un país capaz de soportar tanta infamia, incapaz de reaccionar y de hacer sentir su presencia, su grandeza?, posiblemente sea porque no tenemos las agallas para hacernos escuchar para decirles a los demás lo que queremos, porque durante toda nuestra historia hemos callado y dejado que las personas más “poderosas” acaben con nuestro pueblo, con nuestro territorio y con nuestro futuro, otros dirían por la actual ineptitud política o por nuestros índices elevados de violencia. Pues a todas estas hemos dejado que hagan con Colombia lo que los que están en el poder o diríamos representando al pueblo colombiano, un pueblo que olvidaron hace miles de años y que hoy ya está muerto, somos los culpables de que no podamos ver un país en el cual la libertad, la justicia, la paz sean el saludo de cada día.

Queremos un mejor país pero ¿Cómo logramos eso?, Colombia ha tenido grades héroes que han querido ayudar mucho al país, héroes que por decirle al pueblo la verdad los hemos dejado morir, héroes que siempre han estado solos y que aun así lucharon por una nueva Colombia, como don Juan de castellanos, José Maria Carbonell, José Hilario López, tomas Cipriano de Mosquera, Jorge Isaac, Rafael Uribe Uribe, Rafael reyes, Rufino José cuervo, Baldomero Sanín cano, José Eustasio rivera, Porfirio barba Jacob, Alfonso López Pumarejo, el ejemplo ciudadano, la misteriosa elocuencia y el lucido ideario político del más grande dirigente del siglo, Jorge Eliecer Gaitán, como nos dijo William Ospina; Maria cano, Ignacio Torres Giraldo, Daniel Samper ortega, Fernando Gonzales, Alfonso Barberena, Gabriel García Márquez, Aurelio Arturo, marta traba, Jorge Gaitán duran, Camilo Torres Restrepo, El Nadaísmo, Luis Carlos Galán, Carlos Vieco, Tartarin Moreira, Guillermo Buitrago, lucho Bermúdez, José A. morales, Jorge Villamil, José barros, Danilo Cruz Vélez, Estanislao Zuleta, Jaime Garzón.

 Ahora conocemos que hay personas las cuales lucharon o colocaron un granito de arena para construir la nueva Colombia, que podemos creer y tener fe de que se puede cambiar, de que no seamos reconocidos o recordamos por nuestro territorio simplemente, si no que seamos reconocidos y recordados por nuestro pueblo, nuestras costumbres, nuestros jóvenes, nuestros líderes y nuestro territorio, que podamos gritarle al mundo que no somos simplemente un país si no que somos un continente, en donde colombianos, venezolanos, ecuatorianos, argentinos, chilenos, bolivianos, brasileños, peruanos, uruguayos podamos vivir unidos, que nuestras diferencias dejen de existir y seamos felices, un país que muchos quieren pero que hoy ya nadie quiere luchar para lograrlo.

 Un país en el que las decisiones sean tomadas por el pueblo y no por una sola persona, en donde podamos hablar y decir orgullosamente que no tenemos presidentes ineptos, ni ladrones, que no seamos más víctimas del narcotráfico, en donde podamos mirar nuestra bandera y decir que el rojo, el azul y el amarillo siempre serán un camino el cual escoger, en donde no pensemos que al salir en la noche podamos estar en riesgo, en donde cada día no muera una persona o miles, en donde no hayan personas debajo de un puente, en donde en los semáforos no encontremos familias sentadas vendiendo cualquier tipo de dulces, en donde sepamos aprovechar mejor nuestros recursos, en donde el campesino ya no deje de abandonar sus tierras por causa de otros, en donde nuestros niños y jóvenes no estén condenados a vivir en un infierno, en donde podamos tener el orgullo de invitar a los demás a vivir en nuestro país, un país más amarillo.

 Ahora es cuando cada uno de nosotros tiene que decidir lo que quieren ser, si queremos ser héroes y ayudar para obtener un país mejor o si solo quieren quedarse sentados mirando como todo a su alrededor se sigue desmoronando poco a poco, pero quiero hacerles la misma pregunta que hizo Willian Ospina en su obra Colombia: un proyecto nacional y la franja amarilla:

 “hay una pregunta que nos está haciendo la historia: ahora que el rojo y el azul han dejado de ser un camino, ¿Dónde está la franja amarilla?

 

 Bibliografía

 

Blackburn, P. (2006). La ética: Fundamentos y Problemáticas contemporáneas. México: Fondo de Cultura económica.

 

Ospina, W. (1996). ¿Dónde está la Franja Amarilla? . Bogotá : Norma.



[1] Estudiante de Ingeniería multimedia, Universidad de San Buenaventura- seccional Cali