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WILLIAN FREDY PALTA VELASCO

AGORA No 4: CARTA AUN MAESTRO

AGORA No 4: CARTA AUN MAESTRO

Apreciado Maestros y Maestras

 

Estamos en una sociedad que afronta difíciles momentos, donde la violencia, la guerra, la pobreza, el hambre, el desempleo, sumado esto a una crisis en la estructura moral, donde la vida ha dejado ser el valor fundamental y se relativiza a la economía; donde la prostitución, el consumo de sustancias psicoactivas y la corrupción estatal convierten a nuestra niñez en víctimas de un sistema necrofílico por economía. Es una sociedad donde el relativismo, el consumismo y otros fenómenos  se instalan en  el corazón y en las mentes de los jóvenes, quitándoles el sentido y lanzándolos hacia un vacio existencia expresado en actitudes de muerte. Sabemos que esta realidad no es ajena a la escuela y que el quehacer pedagógico se ve obstaculizado por estas realidades u otras tal vez más difíciles. Estoy seguro que en estos momentos existen muchos maestros deseando claudicar, porque se sienten cansados, desilusionados y han perdido su sentido, su fe y se repite constantemente la frase: “Nada se puede hacer con estos jóvenes”, de aquí surge la pregunta que deseo compartir: ¿Qué sentido tiene ser maestro hoy?

 

La respuesta se halla precisamente en este espectro de desesperanza, porque nosotros Maestros y Maestras debemos ser como llama iluminadora que orienta los corazones de los jóvenes hacia nuevos horizontes. En este sentido ser maestro hoy es una tarea iluminadora, porque es ser  agente de esperanza, de la esperanza que se tiene por la vida, por las personas, pero sobre todo es la profunda esperanza en un mañana mejor.

 

Nuestras sociedades neoliberales se caracterizan por un afán esquizofrénico de acumulación de capital, predica el individualismo como alternativa para alcanzar estabilidad, tranquilidad y satisfacción, ofreciendo un falso ideal de paz  y felicidad; muchos de nuestros jóvenes aunque abarrotados de información y con situaciones económicas resueltas, se sienten solos,  no encuentran sentido en su estudio, en su trabajo y en su vida, podemos decir entonces que  nuestros jóvenes tienen las manos llenas pero el espíritu vacio,  por eso recurren a las drogas, a la  promiscuidad y al suicidio; estos jóvenes están deseosos de cariño. Es así que nuestro quehacer tienen sentido, porque es una tarea profundamente amorosa, es decir, se inscribe en la misión trascendental de hacerlo porque se ama. Nuestra tarea, entonces es iluminar (ser esperanza) y amar (dar cariño). De aquí, que nuestro ejercicio implique gritar proféticamente que nuestra sociedad se ha equivocado por querer comprar los afectos, por materializar el amor y mercadear la vida.

Tiene, por lo tanto, mucho sentido nuestra labor docente, no porque sea una profesión que aporta buena remuneración económica, al contrario, esta misión realizada solo por dinero se tornaría  desgastante y traería amargura, tristeza y desilusión. Ningún salario es suficiente para recompensar la labor que desarrollan los Maestros y Maestras. El ser Maestro no es solo una profesión, es una vocación que implica un especial estilo de vida en donde se identifica ser y quehacer. Un estilo de vida coherente con la enorme responsabilidad de cambiar el mundo, de trabajar por nuevas estructuras donde la injusticia, la guerra y el rencor, sean cambiadas por nuevas estructuras hechas con manos de artesanos: artesanos de la justicia, la paz y el amor. Y   estas manos son las de la Maestra que enseña a leer, a cantar, a sumar; son manos de artesanos los del Maestro que desde la universidad prepara los nuevos profesionales. Si renunciamos a la misión ineludible de cambiar el mundo, es porque el mundo con su lógica ya nos ha cambiado a nosotros.

 

 Por lo tanto nuestra misión como Maestro y Maestra implica:

 

a)      Expresar que hemos asumido libremente nuestra vocación. Solo aquellos que hacen lo que aman, se sienten realizados, felices y esto se manifiesta espontáneamente.

b)      Educar como una acción esperanzadora, lo que exige ser una persona profundamente esperanzadora, optimista, que no se deja avasallar por la tristeza, el dolor y el odio.

c)      Profesar la confianza en el ser humano que aunque parezca perdido, siempre es posible vencer la adversidad. Esto requiere de la comprensión del que no juzga, ni censura, ni condena, es brindar confianza, creer en la palabras de todos, sin importan quien es y luchar por encontrar al ser humano por encima de sus grandes problemas.

d)      La plena convicción que nuestra labor tiene sentido, porque impacta la vida de los jóvenes y transforma sus comunidades.  

e)      Educar desde la alegría para transmitir el gozo de los aprendizajes. El deseo natural de aprender. El estudio, la lectura, la investigación no es un carga es una goce placentero, creativo y permanente.

f)       Vivir como expresión de plenitud humana, de la solidaridad y la comunión. El infeliz y amargado siempre se siente menos, perseguido y envidia la felicidad de los demás. Educar es una búsqueda permanente por la felicidad.

Por lo tanto, ser Maestro es un compromiso, una exigencia nada fácil, porque frente a ideologías oriundas del capitalismo, frente a la sociedad consumista, frente a una cultura de muerte y la desesperanza, nuestra tarea se presenta como un contracorriente: es decir, es actuar con un ethos diferente, con una lógica que defienda la vida y la justicia por encima de los intereses mezquinos del dinero. Es volver la mirada sobre el Maestro de Galilea que es el Educador por excelencia que camina en medio de la comunidad, anunciando la esperanza, amando y liberando.

Maestra y Maestro tu compromiso es mayor porque otros institutos y profesores, instruyen desde diversas pedagogías y didácticas, muy validas, pero que no comprometen su ser y pensar, muchos de estos se centra solo procesos cognitivos, resultado ICFES, competencias laborales legitimando con sus acciones el sistema vigente, aumentando el odio y la violencia. Pero los que han optado por ser verdaderamente Maestro (como una opción de vida: Vocación) la   misión es la propia vida que compromete la existencia en una construcción permanente de la Justicia, la libertad y la paz. 

 

Animo! Vale la pena y tiene sentido ser Maestro! porque somos los gestores de la vida, de la felicidad y el amor y para esto no hay obstáculo  que el  Maestro no pueda vencer. Permítanme Finalizar con la palabra de Ginott: “Llegué a una conclusión amedrentadora: Soy el elemento decisivo en el aula de clase. Es mi relación personal la que crea el ambiente. Es mi humor diario el que genera el clima. Como profesor poseo un tremendo poder para hacer la vida de un niño miserable o alegre. Puedo ser la herramienta de tortura o el instrumento de inspiración. Puedo humillar o alegrar, herir o curar. En todas las situaciones, es mi respuesta la que decidirá si una crisis podrá ser vencida o vencedora y si un niño puede ser humanizado o deshumanizado”

 

Fraternalmente,

Willian Fredy Palta Velasco

 

AGORA 3: MUJER: CAMINO DE ESPERANZA Y LIBERACION

MUJER: CAMINO DE ESPERANZA Y LIBERACIÓN

Willian Fredy Palta Velasco

 

 Durante varios días he meditado que escribir acerca de la Mujer,  he leído mucho, sobre todo lo que por esta fecha aparece,  no puedo negar que todas las reflexiones son  muy hermosas y me llevan amar cada vez a las mujeres que me rodean. Sin embargo, en la mayoría, veo que se ha perdido el sentido de conmemorar y reconocer en un día el ser mujer. Se ha convertido en una fecha arrebatada por el consumismo que nos lleva a seguir patrocinando patriarcados y machismos. Hacer un alto para pensar en la mujer, es poder mirar los rostros de mujeres que viven y luchar por alcanzar una sociedad más equitativa y justa y solidaria. Mujer alma de mi pueblo Sangre de raza y fecundidad. Mujer tu ya no eres sierva ni instrumento de explotación y no te vendas cobarde por el vil oro de algún señor (Aguirre 2000). Es reconocer todo lo que ellas significan, su invaluable papel en la sociedad y su entrega cotidiana   en servicio, solidaridad y resistencia por participar en espacios antes negados. Soy testigos como ellas han forjado con tesón la historia.

 

Pienso en estos momentos en aquellas mujeres que rodean mi vida (veo que no son pocas: ellas  son esposas, hijas ,madres, hermanas amigas, compañeras) y en cada una encuentro valores y cualidades, especiales y significativos que han forjado mi carácter y que constituyen bases solidas en mis compromisos sociales, académicos y laborales. He aprendido tanto de ellas, aprendí amar. Si, amar la vida, a los seres humanos, a la madre tierra, aprendí amarlas a ellas que fue la manera como aprendí amar a Dios. He aprendido a luchar, contra la adversidad, porque siempre he encontrado una mano femenina, que con fortaleza me ha levantado para seguir adelante. He aprendido, junto a ellas el valor de la entrega:  entrega de  nuestras madres que han dado todo por nosotros;  de esposas, que nos han dado  su ser para caminar  juntos  en la soledad;  entrega de  nuestras hijas que con un beso, nos dan su mayor tesoro: su ternura. Entrega de nuestras maestras que brindan todos su saber y su ser. He aprendido a reconocer en ellas el rostro femenino de Dios.

 

Reconozco y pido perdón porque en nuestras sociedad todavía quedan mentes necias que siguen  relegando  y pensado a la mujer  en relación al hombre, como un ser dependiente, en nuestra América Latina  no se ha superado la explotación de la mujer ,  “la mayoría de las mujeres (..) Trabajan en situaciones precarias o no remuneradas. Crece cada día el desempleo femenino, pues es mayor la fluidez en la entrada y salida de las mujeres en puestos de trabajos, con relación a los varones”(Aguirre, 2000).

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

 Por eso hoy, es un llamado a superar los modelos comerciales que entorno a la mujer se hacen en los medios de comunicación, se debe superar los prototipos estéticos hechos en una sala de cirugía  como la única forma de ser y sentirse  bella, se debe  superar la imagen negativa con la que se ha cargado a través de la historia. Se debe superar la marginación y el maltrato al interior de las familias, de los colegios, de la iglesia y la sociedad. Se debe estructurar, desde la niñez y la juventud una jerarquía de valores, se debe procurar por alcanzar espacios de participación ciudadana y eclesial. La mujer entonces es un camino de esperanza y liberación, porque mantiene la fe y la fortaleza que es posible otra realidad, me animan a unir mis manos a las de ellas para seguir luchando por condiciones justas, ejerciendo los derechos civiles, políticos, sociales y económicos en un pleno reconocimiento de su valor y su riqueza. Finalmente, a las mujeres, a ti, esposa, madre, hermana sobrina, amiga pero en especial a Nataly, un poema de Janet Aguirre,  en este día para toda tu vida:

 


MUJER: IMAGEN DE DIOS

El universo estaba aun sin completar

Y en el sexto día Dios Creó a la mujer

Y le dijo:

Yo te daré

Un corazón lleno de compasión

Un espíritu libre para volar como los pájaros

Un vaso para llevar la vida al mundo,

La sabiduría para conocer las grandes verdades

 

El valor para salir de la opresión

La fortaleza de las montañas

La ternura para besar la tierra

La pasión para encender el muido.

Yo te daré

La visión para respetar la madre tierra que te engendro

Un espíritu alegre para bailar con los niños.

La risa para llenar los valles

Las lagrimas para quitar el dolor

Las manos para servir y amar

La intuición para conocer lo desconocido

El deseo de ser aquello para lo que fuiste creada

 

Y Dios le dijo:

Mujer yo te creado a mi imagen y semejanza, tu eres buena.


 



 

Bibliografía

Aguirre, J. (2000). Mujeres en la Biblia. Quito : Editorial Tierra Nueva.

Dussel, E. (1998). Ética de la liberacion en las Edad de la globalizacion y de la Exclusión. México: Trotta.



Agora No 3. Marzo 2011 

 

AGORA 2: La felicidad como afirmacion de la vida

La felicidad como afirmación de la vida

Willian Fredy Palta Velasco

 

El hombre verdaderamente sabio, el hombre verdaderamente virtuoso, el hombre verdaderamente feliz, sabe sufrir los azares de la fortuna sin perder nada de su dignidad. Sabe sacar de las circunstancias el mejor partido posible

Aristóteles

 La felicidad constituye una de las preguntas centrales de la ética, y que debiera ser a la vez la tarea fundamental del ser humano, sin embargo la vida se nos va en otras cosas y afanes, que cuando nos acordamos de vivir es tarde. Entendamos la felicidad como la realización plena del ser humano, es alcanzar la plenitud humana, sin necesidad de dejar de ser lo que somos. Es asumir una vida sin mascaras, ni apariencias, es un ejercicio pleno de nuestra libertad. La características común de nuestras sociedades capitalistas, superfluas y materialista, es pretender reducir la felicidad a las consecución de bienes materiales o altos ingresos económicos, encapsulando la tarea constante de la búsqueda de la felicidad a recetarios que se compran en las cajas de los supermercados, reduciendo la problemáticas de los seres humanos y su preguntas existenciales en las simple satisfacción de necesidades financieras, prestigio laboral y éxito profesional. Ante esto se hace necesario superar la idea del aspecto económico como fuente exclusiva y total de felicidad, es importante reconocer que independientemente de los bienes o riquezas que tengamos, existe la urgente necesidad de realizarnos como personas.

 La felicidad es posible y consiste en la búsqueda continua por alcanzar nuestros ideales, en otras palabras es: Darle sentido a la existencia, como construcción constante y permanente, alejando de nosotros toda actitud y todo deseo de muerte que son las manifestaciones más tangibles de la infelicidad. La felicidad es ante la expresión suprema de la voluntad de vivir, es una afirmación de la vida. Una vida carente de sentido, es una vida que busca amargar a los demás, porque les duele ver a otros gozando de lo que se ha renunciado. La existencia nos confronta, nos exige la liberación de ataduras y nos invita a caminar por el sendero de la existencia ligero de equipaje, gozándose cada momento y trasmitiendo mi libertad, tranquilidad, solidaridad y fraternidad a aquellos que me rodean. Al hacer esta opción por la vida se requiere decir alto a aquello que me oprime, que me retiene y que no me deja avanzar en la búsqueda  de nuestra plenitud, es renunciar a aquello que no nos permite comprendernos como construcción. Es hora de decir adiós, al trabajo que te carga, a la pareja que te amarga, al patrón que te maltrata, a los prejuicios que te limitan, a lo que te atormenta, no hay lugar para el estrés, es la hora de alzar la mirada al cielo y llenarse del espíritu de Juan salvador Gaviota y elevarse hasta sentir la sensación de paz, tranquilidad y libertad, porque en el mundo el único límite es el infinito y nuestra única misión: vivir.

 Recuerdo aquella bella película: La sociedad de los Poetas Muertos, cuando el maestros llama a sus nuevos discípulos y les dice “carpe diem”…..y esta misma invitación lanzo hoy: aprovecha el momento, porque para ser feliz no hay otra oportunidad, se es feliz  hic et nunc, no hay otra oportunidad en la vida para ser feliz. Solamente en la medida en que cada uno pueda vivir su cotidianidad a plenitud, ira forjando su existencia, en otras palabras será cada día feliz. Vive como tú quieras vivir, pero date la oportunidad para poder encontrarte, superando los miedos, abandonando las mascaras. Lo que se pide desde la ética es la búsqueda de alcanzar la plenitud humana (felicidad.) entendida ésta como un arte de vivir. Asumiendo una actitud libre y liberadora, más desde nuestras realidades colombianas y latinoamericanas, donde es urgente que la formación humana, implique una toma de conciencia social, es decir, formar un ser crítico de la realidad, de tal manera que pueda desarrollar una propuesta desde su campo de acción que le permita transformar las estructuras de injusticias y conducir nuestra sociedad por caminos de diálogo, paz y reconciliación.

 En esta invitación a la felicidad como arte de vivir no nos estamos refiriendo a un estado paradisíaco de no conflicto, al contrario, la felicidad implica asumir un estilo de vida coherente y desacomodarse de aquellas situaciones y realidades que impiden obrar moralmente (felizmente). Pensar éticamente implica en ocasiones ir a contracorriente en una sociedad consumista y superficial; es levantar la voz de profeta, en contra de la injusticia de los sistemas totalitarios y populistas disfrazados de democráticos. Tener un pensamiento ético, es gritar con voz fuerte no al consumismo desaforado, que nos invade y manipula. La ética, exige hacer una lectura crítica a los medios de comunicación que están al servicio de los centros de poder. La ética como arte de vivir, es ser consciente de su realidad personal, social e histórica.

 La ética desde esta búsqueda de la felicidad permite descubrir en la sencillez de lo cotidiano lo maravilloso de la vida, por encima del poder y del tener. Es poder identificar nuestra prioridades, personales, sociales, políticas y económicas. Es reconocerse como un ser libre, justo y solidario. Ética no es una lista llena de valores para memorizar desligados a la vida. Ética no es una cantidad de leyes moralistas que cargan de amargura y tristezas la vida de nuestros jóvenes. La ética es ante todo la plena decisión de asumir un estilo de vida, donde ese estilo se presente como un saber vivir, es decir que nuestra acciones sean tan placentera para todos, que mi vivir sea todo un arte, porque la vida que nos merecemos es la vida de humanos, por la cual hemos de construirla cada día, para alcanzar la felicidad. Libérate de los prejuicios y vuela junto a Juan Salvador Gaviota, alcanzando los sueños, haciendo realidad lo imposible; lucha por lo que quieres, lo que Dios quiere de ti es !que seas feliz¡

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 Bibliografía

Aristoteles. (1973). La etica nicomaco. Mexico: Porrúa.

Bach, R. (2000). Juan Salvador Gaviota. Punto de lectura: Barcelona.

Daraky, M., & Romeyer-Dherbey, G. (1996). El mundo Helenico: Cinicos, estoicos, y epicúreos. Madrid: Akal.

Dussel, E. (1998). Ética de la liberacion en las Edad de la globalizacion y de la Exclusión. México: Trotta.

Savater, F. (1991). Ética para Amador. España : Ariel.


                                                                                                                                                                           ágora No 2:  febrero 2011 

AGORA 1: La Importancia de las Humanidades en la Formacion Profesional.

La Importancia de las Humanidades en la Formación Profesional.

Willian Fredy Palta Velasco

 

Pero más que aquellos horrores me impresiono algo que por aquellos días leí, escrita por una antigua residente del campo: Maestra de escuela. Comentaba que aquellas cámaras de gas habían sido construidas por ingenieros especialistas. Que las inyecciones letales las ponían médicos o enfermeros titulados. Que niños recién nacidos eran asfixiados por asistentes sanitarios competentísimos, que mujeres y niños habían sido fusilados por gentes con estudios. Por doctores y licenciados. Y concluía: “Desde que me di cuenta de esto, sospecho de la educación que estamos impartiendo”.

Víctor Frank

 Ninguno de los aquí reunidos pone en duda la importancia de la educación, sin embargo frente a esta evidencia cabe interrogarse sobre ¿Cuál es el tipo de educación que se ofrece a los jóvenes y niños? ¿Cuál es el tipo de educación que se debe orientar? ¿Qué es lo que se enseña? ¿Qué es lo que se debe enseñar?, estos interrogantes nos convocan cada vez más incluso, si nuestro horizonte profesional no está en la educación, porque la sociedad local y global afronta graves problemas de corrupción, una desbordada carrera armamentista que pone en riesgo la vida y dignidad de millones de personas y la del mismo planetas; economías a grande escala que someten a millares de seres humanos a la periferia, la exclusión y la violencia.

 La realidad salta a la vista y la sospecha (como dice el epígrafe de este texto) sobre la educación se hace presente y permítanme hacer una provocación: hemos recibido y orientado una educación centrada en el aspecto técnico, tecnológico y específico de cada ciencia, alejada de una formación humanística. La formación profesional en Colombia y el mundo cuenta con instituciones que ofertan programas de “calidad”, es decir, aportan los elementos básicos para un buen desempeño de competencias específicas. Nuestros profesionales cuentan con los saberes y conocimientos necesarios para el ejercicio profesional de manera exitosa, sin embargo, podríamos preguntarnos si ellos como dice el Dr. Frank en muchas ocasiones no son monstruos educadísimos. Presenciamos una sociedad que no se le ha dado en la educación la verdadera importancia de una formación que priorice la vida, la persona y su dignidad; se ha levantado una división imaginaria entre vida persona y vida profesional, un nuevo dualismo que disgrega, separa lo que va unido y relativiza lo importante.

 Una formación profesional debe estar fundado en una formación profundamente humanista, y esto no es solo impartir cátedras de humanidades a lo largo del plan de estudio, (esto es necesario e importante) sino que una formación humanística exige que el currículo y el plan de estudio debe estar orientada, ante todo, a una formación humana en un campo disciplinar especifico. No existe una educación que no sea humanística, porque la educación es ante todo la búsqueda permanente de la plenitud humana, es un trabajar constante por construir un mundo donde sea posible una humanidad que alcance sus anhelos y realice sus sueños, es aportar a la construcción de un mundo sin exclusiones, sin pobreza y violencia. Ser profesional es un compromiso ético- político: aportar a alcanzar felicidad de todos.

Una educación humanística no es solo un deseo caprichoso de algunas instituciones, sino que es una exigencia vital para la persona (ya sea estudiante, maestro, administrativo) y aún más para la sociedad. Así lo han concebido las instituciones que ha pensado y asumido como filosofía la formación integral de la persona humana, ellas han comprendido que ésta es la misión de la educación.  Y para aquello escépticos que aún piensan solo en la economía como base de progreso, podríamos decirles que si supieran que buen negocio es formar humanísticamente, le apostarían a la formación humanística solo por negocio.

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Bibliografía

 Esclarin, A. (2004). Educar Para Humanizar. Madrid: Narcea.

 Frank, V. (s.f.). Una Fábrica de Monstruos Educadísimos. Obtenido de http://opi-2010.jimdo.com/2010/07/27/una-fabrica-de-monstruos-educadisimos/

 Meier, C. (2009). La Educación a la Luz de la Pedagogía de Jesús de Nazaret. Bogotá

 Zuleta, E. (1995). Educación y Democracia. Cali: Fundacion Estanislao Zuleta .

 


Ágora No 1: enero 2011 

 

BOJAYÁ COMO HISTÓRICA PERVERSIDAD BÉLICA

ATISBOS ANALITICOS No. 65

El siguiente texto es tomado de la página http://ecopais-atisbos.blogspot.com/ de atisbos analíticos

BOJAYÁ COMO HISTÓRICA PERVERSIDAD BÉLICA

 Por: Humberto Velez Ramírez[1][1]*; humbertovelez@andinet.com

 

Nota Introductoria:


Estamos a una semana de “BOJAYA”... Los actores del conflicto continúan, unos exacerbando la guerra, otros realizando acciones militares de doloroso impacto sobre los civiles y unos terceros usando todas las formas de lucha aún dentro de la institucionalidad. Que la lectura de este CRONICA ETNOBÉLICA, que constituye un acápite de un texto borrador, sea una ocasión de meditación , así como un momento de decisión para contribuir a construirle a esta guerra una salida social y democrática.

 

 

Canto 25
BOJAYÁ
“Aunque murió hace tantos años / por allí debe andar mi padre / ... / ...tan errante, / ....tan llovido: ...”Pablo Neruda
“ Nos metimos a la iglesia porque pensamos que allí Dios nos protegería.” Ernesto Ortiz, quien en Bojayá perdió a su esposa y a dos de sus cuatro hijos.
“¡Dios mío!, ¿qué hemos hecho?”. Exclamación, de rodillas, en Bojayá, de joven guerrillera, combatiente ... .

Negros, ya no vivos, - niños y grandes –
vuestra sangre, aguas abajo por el Río Atrato,
ha llegado a los confines de los mares.

En las playas del Africa,
en la cresta ahora rosada de las olas,
la ven y la sienten tus hermanos negros.
Lloran y, bravos, tocan duro sus tambores.

Negros y blancos, ya no vivos, de los pueblos de Colombia
–niños y grandes, inocentes y pecadores-
vuestra sangre, hermanada
con las aguas,
ha pintado las nubes.
Ha tinturado los hilos de la lluvia.
Agua-rosa caerá sobre la tierra entera,
de ese color serán las lluvias perennes del Chocó... .
Nos mojará y nos hará pensarnos.
Y buscar.
Y luchar.

Gabriel Ruiz, 26 de julio 2002 (2)



“Al Infierno no lo conoció Dante, lo conocieron los habitantes de Bojayá aquel 2 de mayo”. (Uno de los Médicos que atendieron la Emergencia)


Como necesaria advertencia académica importa precisar que la observación que permitió recoger esta información, fue hecha desde unos lugares reales y simbólicos precisos y que, por lo tanto, no es expresión objetiva del suceso. Sólo una mirada sistemática pero limitada tanto por la complejidad del drama como por ser ésa la naturaleza de toda observación no importa que el que la realice sea un investigador social.

 

Siete días después de “Bojayá”, el Padre Antún deshizo los pasos hasta su iglesia. Venía por su crucifijo. Ahora no era más que una reventada imagen nazarena. Al llegar, un perro negro grandote salió a recibirlo. El Cristo estaba sobre dos copones y un cáliz retorcidos. En menos de una semana la capilla se había convertido en un criadero de diminutos gusanos hediendo toda ella a podredumbre. (3) El padre Antún oficiaba como párroco-misionero de Bojayá. (4)
Bojayá, por extenso y selvático, es el único municipio colombiano que tiene su propia “capital”, el poblado de Bellavista. Bojayá es la zona rural y Bellavista el poblado. En esta Comunidad afro-colombiana, el 2 de mayo del 2002, fue masacrado o, en su integridad física afectado, el 20.9% de sus pobladores. Como decir que de 1100 habitantes, 119 fueron masacrados, entre ellos 48 niños-niñas, mientras que 114 sufrieron graves heridas. Un horrendo y horroroso y abominable genocidio, el más histórico por lo perverso, de la más perversa guerra en la historia contemporánea de América Latina.

 

Dos actores del conflicto armado, las Farc y los paramilitares, sin más miras que la de la más radical pugna por el control de territorios poblados, hicieron trizas el corazón, el de carne y el simbólico, de una humilde aldea perdida en la manigua. Y todo ocurrió en ausencia de un Estado autista cuyas fuerzas armadas se hicieron las de la vista gorda cuando los paramilitares transitaron sobre sus narices. “Dios mío, ¿qué hemos hecho?” (5), se vio llorando a una joven guerrillera cuando, en las orillas del río Atrato, medio atisbó la barbaridad realizada. Mientras tanto, “yo no sabía si estaba muerta. No sentía nada”, vivenciaba en el interior de la Capilla católica San Pedro Apóstol, Luz Nelly, otra joven de 19 años, ésta sí una civil desarmada, cuando, atolondrada, descubrió a su mamá viva pero atrapada entre un alud de cadáveres.

 

En el Chocó, departamento al que pertenece Bojayá, miles de niños mueren antes de cumplir el año. Allí, en esa afro-colombiana región, el 70% de su medio millón de habitantes languidece entre la miseria del dólar diario y la indigencia que sólo almuerza cuando la desnutrición no le resta fuerzas para lanzar el anzuelo al río. Como decir, un infrapobre colectivo humano que, bajo otras condiciones de guerra, podría abrirse al discurso de la “revolución social” de las guerrillas o al de “la dignidad humana” de los paramilitares. Pero, en realidad de verdad, del Chocó a farianos y paracos sólo les interesaba el control territorial de la región. Por otra parte, en ese selvático y lluvioso departamento, dada su estratégica posición geopolítica, algún día las internacionales construirán un Canal interoceánico, complementario o alternativo al de Panamá, amén de que en él ya ha empezado a tomar forma la economía de palma africana, el futuro del país de acuerdo con la nueva distribución latinoamericana del trabajo impuesta por los Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio. Allí, pues, “la ampliación de la cerca latifundista corre al ritmo de los intereses de las multinacionales y de los grandes sectores económicos del país”, como se señala en el estudio de “Noche y Niebla”.

 

Las Farc llegaron al Chocó en la última década del siglo veinte. Venían a asentarse en el Atrato Medio, el río-madre de los chocoanos. Como fantasmas en radical rencilla, tras ellos se vinieron los paras. Sus pares, si no ideológicos, por lo menos sí metodológicos, de las maneras bárbaras de practicar la guerra, divorciadas casi siempre de unos mínimos de dignidad humana. Con el advenimiento de farianos y paracos - representación y realidad de enemigos a muerte- el telúrico y afectivo río se fue transformando en el cementerio de miles y miles de cadáveres insepultos. Fue así como el río por antonomasia, la realidad cultural más cercana al corazón de los negros, devino en una simple referencia geopolítica de esos dos actores del conflicto armado. Más acá de Bojayá y aguas abajo del río, desde Riosucio hasta el Urabá bananero, el control lo tenían los paramilitares; pero, más allá de Bojayá, aguas arriba hasta Quibdó, la capital del Chocó, al río lo controlaban las Farc. A las Comunidades chocoanas, las insurgencias le habían expropiado el río. Como había acaecido siempre en su vida cotidiana, ya no podían disponer de él a su amaño: Ni para orillarse a soñar; ni para la imprescindible pesca de subsistencia; ni para el obligado viaje fluvial; ni para la lúdica nadada cotidiana; ni para el íntimo amorío. Como rabió un raizal poblador, “el río es la vida para nosotros. Para un pueblo que pesca, siembra, lava, se transporta y recrea en el río, quitarnos el derecho a usarlo es arrebatarnos la vida misma y esto era lo que habían hecho con nuestro Atrato los guerrilleros y los paramilitares, nos recortaron la aletas de los sueños con las que todos los días navegábamos por sus aguas...Nuestra carretera está hecha de agua”. Y tan atávica y sólida es ésta colectiva representación fluvial que por donde quiera van corriendo las aguas del Atrato los pobladores se las van apropiando agregándoles un “dó”, palabra que significa “río” en dialecto Emberá, a su respectivo poblado, así: Bagadó, Bebedó, Buchadó, Curvaradó, Chintadó, Docampodó, Domingodó, Guaguandó, Juradó, Munbaradó, Opogodó, Profundó, Tadó, Tandó, Taridó, Torrendó, Tutunendó y Yerretruandó. (6)


Ya para las primeras semanas del nuevo milenio, el Chocó se había convertido, entonces, en un referente geopolítico de los proyectos estratégicos de paracos y farianos. Estos, bajo la inspiración de Noel Matta, alias “el Viejo Efraín”, otro de los históricos de las Farc, buscaban instalar en la zona la más sólida retaguardia. Primero, como base para jalonar una contraofensiva orientada a recuperar el Urabá bananero, viejo santuario de los hombres de “tiro fijo”, de donde los había expulsado Carlos Castaño, el jefe de los paramilitares; segundo, para tomarse por asalto los corredores del narcotráfico hacia el Pacífico exterior y, finalmente, para asegurarse el abastecimiento diario desde Panamá. Pero, fueron los paramilitares, que no el Estado, los que decidieron atravesárseles en el camino. Se vinieron, entonces, hasta Vigía del Fuerte, una población, río Atrato de por medio, a 2800 metros de Bellavista. Pero, cosa extraña en esta historia de guerra, un teniente de la policía les advirtió,”no señores, les dijo, nosotros aquí somos la autoridad legítima y no necesitamos su apoyo”. Por las razones que fuesen, los paramilitares se marcharon. En marzo del 2000, los farianos llegaron a Vigía del Fuerte. Venían en busca de “algo”. Mataron 21 policías reteniendo a otros 10 y, de casa en casa, sacaron a 8 civiles. Era por ellos que venían, dizque “por auxiliadores de los paracos” y, arrodillados, los fusilaron en público. Pero, como también venían por “territorio poblado”, allí se quedaron. El 21 de abril del 2002, del norte regresaron los paramilitares. Eran unos 300 hombres pertenecientes al Bloque Elmer Cárdenas de las autodefensas de Córdoba y Urabá. Venían a recuperar la zona. “Partiendo desde Turbo, pasaron por Punta de Turbo (retén permanente de la Marina que exige la documentación y una requisa), siguieron por Riosucio (retén permanente de la Policía Nacional) y siguieron a BellaVista-Bojayá (retén permanente del Ejército”. (7) Fue así como seguros en sus pangas, bajaron el río Atrato en un viaje de tres días y de 220 kilómetros y nadie los vio pasar. Fue por eso por lo que, perplejo, Paco Nadal, periodista de El País de Madrid, se preguntó por CARACOL:” ¿Cómo pasaron siete pangas (embarcaciones) frente a una base de la Armada en Riosucio?

 

El día anterior, los farianos habían abandonado el casco urbano de Bellavista. Alfredo Pitayá, un negro grandote de 32 años a quien la movida le había parecido extraña, empezó a cavilar, “¿no me había dicho su Comandante apenas ayer, meditó, que como ellos mandaban en la población, de ella no se moverían?, aquí algo raro va a suceder”. Al día siguiente, la angustia se apoderó de su ánimo cuando vio ingresar a Vigía del Fuerte ese ejército de paramilitares. “Dios mío, se dijo, hemos quedado en vilo entre los dientes de la más peligrosa tenaza”. El 30 de abril el nominal Inspector de Policía de Bellavista, Luis Eduardo Mosquera, buscó al Comandante de los paracos para advertirle que la Comunidad era neutral. Aquel se limitó a decirle, “tranquilo, hombre, que a ustedes nada les va a pasar”. En esa declaratoria exigían “respeto por los lugares de habitación y por los sitios de encuentro de la población civil “. Esa postura de neutralidad habían empezado a construirla desde 1999 cuando los paras, junto al cooperante vasco Iñigo Egiluz, asesinaron al padre Jorge Luis Mazo mientras le repartía alimentos a la población. (8)

 

En cuestión de horas dos mil farianos, con la manigua como trinchera selvática, blindaron a los paramilitares alrededor de un espacio que cubría el círculo que encerraba las dos poblaciones. Para los farianos, Bellavista y Vigía del Fuerte eran su escudo humano mientras que para los paracos lo era el primer poblado.

 

Como en un relato garcíamarquiano, el de Bojayá había sido un pueblicidio anunciado. Ocho días antes, el Defensor del Pueblo había oficiado a las autoridades nacionales competentes que 300 paramilitares avanzaban hacia Bojayá para disputarles a las Farc el control socioterritorial sobre la zona. Desesperado ante el apabullante silencio de todas ellas, el 2 de mayo re-ofició reiterando y advirtiendo y ese mismo día 119 humildes colombianos fueron masacrados viniendo enseguida la ira nacional, así como la más aterrada reacción de la opinión pública internacional. Los oficiados, entonces, ahora sí con la más inútil de las prisas, se deshicieron en condenas, defensas y excusas. Que dada la ola invernal desplomada sobre esa selvática región, los helicópteros no habían podido llegar, dijeron los primeros. Esto no obstante, nadie pudo explicar por qué y cómo, a pesar de la manigua y la lluvia y la neblina, en la burda pista de Vigía del Fuerte en esos días había aterrizado la avioneta de alias “el Alemán”, uno de los jefes de los paramilitares. Que dada la dificultad para reagrupar tropas, habría sido un suicidio enviar 200 0 300 soldaditos a enfrentar a más de 2000 insurgentes, manifestaron unos segundos. Que, aunque ya definido, el sistema de alarmas ese día había fallado, que las alertas se habían quedado enredadas entre jerarquía y jerarquía, en fin, que todavía no se había precisado a qué institución le correspondía supervisar que los responsables actuaran, fue lo que apuntaron unos terceros. (9) La verdad fue que en la época de las comunicaciones al segundo, el Estado, como realidad militar, tardó cinco días en llegar desde Bogotá hasta Bojayá. Cansado llegó a las 6pm del 7 de mayo en un buque nodriza del Ejército colombiano.

 

A las seis de la mañana del 1 de mayo los paras se vieron sorprendidos con los primeros disparos de la guerrilla. Uno de ellos atravesó a su Comandante “Ca- milo” cuando regresaba de Vigía del Fuerte donde la Comunidad le había advertido su autonomía. En escaramuzas se fue yendo el día. Bajo el liderazgo claro y comprometido de tres sacerdotes católicos, unas 300 personas se refugiaron bajo las alas protectoras de la capilla de San Pedro Apóstol. Contra toda realidad bélica, se representaban que donde los dioses habitaban, las balas no entraban. En muchas partes, es común ver un aviso que, colgado de la puerta de la Iglesias, reza, “siga, pero sin el perro”. En Bojayá, en contraste, a la gente la esperanzaba la advertencia explícita que se leía a la entrada de su capilla, “siga, pero sin armas”. De los otros 800 pobladores, unos pocos se acomodaron en la Casa cural, así como en el convento de las Hermanas Agustinas mientras que otros, los más desesperados, cogieron río arriba o río abajo o vadearon el Atrato hasta Vigía del Fuerte. Un grupo amplio, los más baquianos, se internó en la manigua. En una casa de madera del poblado, solitario, permaneció un corazón petrificado: Dionisio Valencia que, la noche anterior, había soñado que “estábamos en una casa y las llamas nos rodeaban y no nos dejaban salir”, se acurrucó a rezar en un rincón de su choza durante 28 horas. (10)

 

La masacre se inició en forma el 2 de mayo a las seis de la mañana. Hacia las diez, un grupo de paramilitares se atrincheró alrededor de la capilla. A una distancia de unos cien metros, los farianos lanzaron tres cilindros de gas. El primero cayó sobre una edificación cercana. El segundo se fue más allá del puesto de salud. Pero, el tercero, el desgraciado tercero, cortó el espacio, hizo con las tejas de eternit del techo de la capilla un montón de afilados cuchillos que, rebanando todo lo que encontraban a su paso, rostros, desesperos, cuellos, terrores, pechos, bramidos, brazos, angustias, piernas, gritos, rabias, vientres, le oficiaron al Cristo del altar 119 víctimas, entre ellas 48 victimitas, niños y niñas, que todavía no habían aprendido a odiar. Fue ése el sangriento oficio del ritual perverso de la guerra. Atropellándose unos a otros, los pocos sobrevivientes, unos 70 de los 300, arrastraron a sus heridos en feroz carrera con la esperanza de que su telúrico y adorado río los salvara. “Lo que vino después, se lee en el relato etnográfico de Carolina Lancheros, fue horrendo: gente desmembrada buscando la salida. Llantos, gritos y angustia. Los que apenas se daban cuenta que estaban vivos reaccionaban y huían despavoridos. En medio del caos, el padre Antún vio a un hombre sin cabeza caminar por el centro de la iglesia y, perplejo, invocó a Dios y al ánima de su madre muerta dos meses atrás. (11) Sobre la improvisada marcha Luis Eduardo Mosquera improvisó un trapo blanco que entregó al Padre Antún, quien en pleno territorio de guerra en caliente, prefiguró la más inédita e histórica movilización de la población civil: “¿Quiénes somos? Población civil. ¿Qué exigimos? Respeto por la Vida”, eso fue lo que medio alcanzaron a vociferar a sus victimarios las aplastadas víctimas de la guerra.

Al llegar al río, en las pangas de los paracos y en canoas plataneras trataron de cruzarlo pero, en medio del enredo, la desesperación, el desaliento y las limitaciones de embarque, el río no les alcanzó. Habían olvidado que el Atrato ya no les pertenecía. También algunos guerrilleros rasos, avergonzados, facilitaron el traslado en bote de algunos heridos hasta Vigía del Fuerte. “Les ví gestos de dolor, también les ví lágrimas, pero el daño ya estaba hecho”, recordó Julio César quien, en ese momento, bañado en sangre, cargaba a un niño con una esquirla enterrada en su estómago. Pero, recuperemos a Luz Nelly, quien hallándose cerca de la puerta, alcanzó a abrirla cuando la tercera pipeta hizo de la capilla una densa nube de polvo blanco. Ella iba encabezando aquel desfile de mutilados cuando el recuerdo de su madre la volteó en dificultosa reversa: al ver que nada le había pasado, quise ayudar: “ví gente correr sin un pie o sin una mano, ensangrentada y mutilada y me propuse sacar los niños, no sé cómo hice, pero los cogí como racimos de plátano...Los niños llevaron la peor parte, no sólo murieron 48, si no que había que verlos correr, gritar e incluso llorar encima de los cadáveres de sus padres”. (12)

Abandonados por su río, muchos se internaron en la manigua. Aturdida, al ver pasar aquel ejército de mutilados, la joven guerrillera, acodada sobre la culata del fusil, no cesaba de llorar, “Dios mío, ¿qué es lo que hemos hecho?”. Ya en la manigua, empujándolos para que nadie se quedara, iba el padre Janeiro Jiménez Atencio. Cuando se topaban con un paraco o con un fariano, de rodillas les suplicaban que no los mataran, que tuviesen compasión, que ellos no estaban con nadie, que eran una Comunidad neutral. Al Padre Janeiro que, vigilante, avanzaba por la cola, de un momento a otro la selva se le cerró evaporándose en el abismo de la manigua, de las ciénagas y los pantanos.

Los guerrilleros de las Farc todavía no sabían lo que había pasado. Por eso cuando apareció aquel ejército de gente semidesnuda, lisiada, mutilada no lo podían creer. El Comandante Chucho se limitó a decir que lamentaba el error. “Esto es la guerra, así de dura es la guerra”, dijo pensativo y, de inmediato, ordenó continuar la ofensiva. Desde tiempo atrás, escribió Julio César, “el dueño de las caudalosas aguas del Atrato se llamaba “chucho”, un comandante de las Farc que de tanto pensar en el futuro de los otros, decidió desaparecernos para que no sufriéramos y que cuando en Bojayá vio pasar la primera panga con sábanas blancas repletas de manos sin dueño y niños sin piel, sólo atinó a decirnos “metimos la pata” “.

El día 3 de mayo los paramilitares se replegaron a la selva, las Farc permanecieron en su sitio y las dos poblaciones quedaron vacías, Bellavista con sus cadáveres y Vigía del Fuerte con su miedo. Los combates postmasacre continuaron un poco alejados. En la mañana del 4 de mayo Lascario Miller le leyó al Comandante de las Farc lo que la Comunidad sobreviviente había decidido: “Después del repudiable hecho en el que fueron masacrados 119 hermanos”, como Comunidad neutral “les exigimos que se vayan para terminar de darles cristiana sepultura”. El Comandante guerrillero se limitó a reiterar, “lamentamos, lamentamos el error”. El sábado 5, una breve “tregua” permitió el aterrizaje de dos helipcóteros del Programa Aéreo de Salud de Antioquia, que se llevaron a las 18 personas más graves. El domingo 5 con 500 mercados la Iglesia llegó primero que el Estado. Para este día los combates habían arreciado en los alrededores. Al retar el miedo, un grupo conformado por sacerdotes y habitantes inició la recolección de cadáveres. Al ingresar al templo encontraron a un joven todavía vivo que había cumplido ya varios días con una varilla enterrada en el estómago. Había sobrevivido gracias a la curia de la loca del pueblo. De aquella que proclamaba tener más de 200 años y alrededor de 35 hijos. Ella que se sentía la madre de todos los negros, contó que esa noche “salvó personas y juntó cuerpos y cómo a veces, cuando no coincidían, juntó dos manos derechas o dos pies izquierdos, e incluso, intentó unir cráneos a las espinas dorsales”. A la orilla del río los fueron apilando en una embarcación. `Por irreconocibles, su identificación resultaba imposible. No había sobreviviente sin dolientes: nuestra ya conocida Luz Nelly había perdido cuatro tíos y cuatro primos; y a la familia Polanco Chaverra, de 25 miembros sólo le quedaban 3. El lunes 6, “triunfantes” ya las Farc, se terminó la recolección de cadáveres. En un lugar seco al sur de Bellavista abrieron una fosa que los acogió a todos. En dos bolsas de polietileno habían recogido los restos esparcidos por todos los rincones de la iglesia. El martes 7 llegó el Estado.

En los días siguientes los Eduardo Mosquera, los Dionisio Valencia, las Nelly Mosquera, los Padres Janeiros y los Lascano Miller, vale decir, los poquitos que no se habían ido o que, al irse, habían regresado, con los ojos enrojecidos y el alma colectiva en astillas contemplaron una interminable hilera de pangas y canoas cargadas de racimos humanos. En un interminable ir y venir, bajaban y subían todo el día por el río. Durante esa semana las Naciones Unidas contaron más de 30.000. Desenraizados, se sumaban a los dos millones de desterrados que, expulsados de la “patria chica”, para casi todos ellos la única patria, extraños y mal mirados, deambulaban por todos los rincones del territorio nacional.

 

En las mañanas y tardes y atardeceres y noches siguientes, los hijos del Atrato, con los nervios en punta, sentían que sus muertos no se encontraban en paz. “Los velorios, el novenario, los alabaos, las oraciones, los adulatorios y los responsorios, rituales propios de los negros, se habían quedado sin realizar” Las “cantadoras”, sobre todo, sabían más que nadie lo que significaba pasar por alto esos protocolos mortuorios. “Los 48 niños masacrados, por otra parte, se habían quedado sin el ¨”guali”, esa costumbre africana, conocida también como “chiguala” en la que el cuerpo sin vida del pequeño es alzado de mano en mano mientras se canta, se baila y se juega con él”. (13) Era así como las Comunidades negras festejaban al niño que, muerto, se escapaba de la esclavitud. Ahora, no habían tenido la ocasión de festejarlos por haberse librado del infierno de la guerra.

Desde entonces y no obstante “Bojayá”, sus habitantes raizales no han perdido las esperanzas. Como escribió Apolonio Mendoza, “¿quién no ha perdido algo en la guerra? Algunos a la madre que no volverá con su cabello cenizo del fogón ardiente, otros al hijo que llevaba a pescar y nadar desde la primera mañana en que vio el Atrato y cientos al esposo repleto de risa en la tarde y viche en las noches... pero de nosotros depende que el encuentro con los que se fueron, no nos halle sentados en el mismo pilón de rabia, sembrados como tambos, dormidos sobre las hamacas de la venganza esperando que un dios terrible y sanguinario los convierta en el mismo olor nauseabundo que absorbía la alegría de Bellavista”. (14)




FUENTES
1. Ver

2. http: poetsagainstthewar.org//displaypoem.asp?AuthorID=19325$453077081 ;ver además, htpp://www.poetasdelmundo.com/verlnfo.asp?ID=950
3. Arboleda García, Javier, “Bojayá se en una Fosa común”, en, www.derechos.net//colombia/messages/512.ttml
4. Para esta reconstrucción de los hechos se trabajaron los siguientes documentos:htpp:elpaiscali.terra.com.co/historico/jul102005/NAL/A1810N1.html; Semana, los números correspondientes a mayo y junio del 2002; Dick, Emanuelson, “Los trágicos sucesos en la Iglesia de Bojayá” 22-5-92, http: //wwww.rebelion.org/plancolombia/emanuelson270502.htm; “Bojayá-Emergencia humanitaria en Escalada” , PCS INTERNAL Informe , 12-04-2005 , http://www.pcslatin.org/ ;OACNUDH , Informe sobre la Misión de Observación en el Medio Atrato, 20-05-2002 ; 5. Lancheros, Carolina y Rincón, Julián, “Bojayá 2002, un Pueblo entre el Miedo y los Medios”, en, Actualidad Étnica, PAE No 208, 23 de febrero de 2006, www.etniasdecolombia.org ; “El Medio Atrato: La Historia no contada, en Clave geopolítica” ,. http://www.nocheyniebla.org/casotipico/casobojayapdf .
5. Semana, No.

6.“La Bojayá que se está forjando”, en:

http://www.yaigos.com/guerrilleros/16790/

7. Informe de la OACNUDH, p.8
8. Lancheros, Carolina, relato citado.
9. Semana; Informe de la OACNUDH, pgs.8-9.
10. Semana,
11. Lancheros, Carolina, relato citado.
12. Arboleda García, Javier, relato citado.
13. Lancheros, Carolina, relato citado.
14. Mendoza, Apolonio, “Bojayá reflexiona”, 8-14-2005.




 


[1][1] *A T I S B O S A NA L I T I C O S No 65, Santiago de Cali, abril 30 de 2006, Humberto Vélez Ramírez, profesor del Programa de Estudios políticos, IEP, Universidad Valle ; miembro de REDUNIPAZ, Red de Universidades por la Paz y la Convivencia; Presidente de ECOPAIS, Fundación: *Estado *Comunidad *País: Director Ejecutivo, Aberto Villamizar , funecopais@gmail.com, Nuestro Lema: “Un nuevo Estado para un nuevo País.

SI NO HAY GUERRA ¿PARA QUÉ UN COMISIONADO DE PAZ?

 

¿Hay o no un conflicto armado en nuestro país?. Si no lo hay, ¿por qué la existencia de un comisionado de paz?, ¿por qué tantos millones de dólares se asignan a las fuerzas militares para lograr la paz?, ¿por qué existe una negociación de paz con un grupo armado para superar un conflicto inexistente?... Estos son los interrogantes desde los cuales se desarrolla la siguiente columna de Rodrigo Uprimny, Director del Centro de Estudios de Derechos, Justicia y Sociedad - DJS

. Fecha de publicación: 2005-07-05

Autor/Fuente: Rodrigo Uprimny, Revista Semana.

Rodrigo Uprimny, director de DJS, resalta las inconsistencias del gobierno, que al mismo tiempo niega y reconoce la existencia del conflicto armado.

Junio 27 de 2005.


El reciente memorando del Comisionado de Paz sobre los lineamientos para los proyectos de cooperación internacional insiste en la tesis del gobierno según la cual en Colombia no existe un conflicto armado, sino una amenaza terrorista. Que el comisionado de paz reitere esa tesis no deja de ser paradójico, pues uno no puede dejar de preguntarse si en ese mismo memorando el comisionado no debió haber renunciado a su cargo. O si al menos debió haber planteado un cambio de nombre a su función. Y la razón es obvia: los comisionados de paz en Colombia han existido para ayudar a superar el conflicto armado. Pero si no existe conflicto armado ¿para qué un comisionado de paz?

La creación de un comisionado de paz para que negocie un inexistente conflicto armado no es la única contradicción del gobierno en este campo. Existen otras inconsistencias, tal vez más importantes y protuberantes, como el incremento del gasto en operativos militares y la promoción de la ley de justicia y paz, para facilitar la negociación con los paramilitares.

De un lado, el gobierno defiende el fortalecimiento de las Fuerzas Militares y destaca los éxitos del plan Patriota, que ha costado millones de dólares. Ahora bien, para enfrentar amenazas terroristas, se debe privilegiar el componente policial y no la acción militar, pues se trata de desarticular bandas que no logran control territorial y por ello operan en el secreto. En cambio, el Ejército, la Armada o la Fuerza Aérea despliegan su fuerza de combate para preservar la integridad territorial en operaciones típicas de la guerra. En esas condiciones, si no existe conflicto armado, ¿por qué la insistencia gubernamental no sólo en destacar sus éxitos militares, sino en mantener esos esfuerzos bélicos? ¿No es un poco esquizofrénico que el Gobierno se preocupe tanto del éxito de las operaciones de guerra en un país que supuestamente no enfrenta guerra alguna?

De otro lado, el gobierno ha promovido la ley de "justicia y paz", que debe dar piso jurídico a la negociación con los paramilitares. Esa ley concede enormes beneficios penales a los actores armados ilegales que entren en proceso de paz con el gobierno. Eso significa que se estarían adelantando negociaciones de paz con actores armados para superar un inexistente conflicto armado, lo cual no deja de suscitar perplejidad.

Si no existe un conflicto armado, sino una amenaza terrorista ¿por qué todos estos esfuerzos por alcanzar la paz? Y en especial ¿por qué negociar con esas organizaciones terroristas? ¿No es acaso lo lógico someter por la fuerza al terrorismo y no negociar con él? En esas condiciones, si el gobierno asume que no existe conflicto, armado sino una amenaza terrorista, todo indica que no debería apoyar un proyecto que habla de procesos de paz con grupos ilegales; el gobierno debería, a lo sumo, plantear una estrategia de sometimiento a la justicia, pero no una negociación de paz.

En todo caso, resulta contradictorio con el discurso gubernamental de la inexistencia del conflicto armado que el gobierno hubiera insistido en que se calificara de delincuentes políticos a los grupos paramilitares, con el fin de dar mayor sustento jurídico a las negociaciones. En efecto, si lo que existe es una amenaza causada por grupos terroristas, ¿por qué la insistencia en calificar de delincuencia política el fenómeno paramilitar?

Pero eso no es todo; la definición de esa ley acerca de los rasgos que debe tener un actor armado para poder entrar en negociaciones de paz con el gobierno está basada en la Ley 782 de 2002, la cual, a su vez, prácticamente copia la regulación que trae el Protocolo II de Ginebra sobre la aplicación del derecho internacional humanitario a los conflictos armados internos. En efecto, estos textos hacen referencia a organizaciones armadas, que (i) bajo un mando responsable, (ii) logran un cierto control o presencia en un territorio, y (iii) tienen capacidad de realizar acciones armadas sostenidas. Ahora bien, el Protocolo II incorpora esos tres criterios precisamente para caracterizar un conflicto armado interno. ¿Cómo puede entonces el gobierno defender esos mismos criterios en la ley de justicia y paz, lo cual supone aceptar el conflicto armado colombiano, para luego negar públicamente la existencia de dicho conflicto?



La posición del gobierno es entonces contradictoria, pues niega la existencia del conflicto armado pero, al mismo tiempo, acepta su presencia, ya que promueve estrategias que necesariamente suponen el reconocimiento de dicho conflicto, como existencia misma del comisionado de paz y el apoyo a la ley de justicia y paz.

Estas contradicciones gubernamentales son cuestionables. Desde Aristóteles sabemos que un requisito mínimo de cualquier discurso que aspire a la racionalidad es la consistencia. Un actor racional no debe violar el principio de no contradicción, según el cual uno no puede afirmar al mismo tiempo que algo es A y No A. Una pregunta obvia surge entonces, y es la siguiente: ¿por qué este gobierno, que dista de ser ingenuo, incurre en esas profundas contradicciones?



Una primera respuesta es que el gobierno habría abandonado las tesis aristotélicas para adherir a algunas teorías lógicas contemporáneas que admiten contradicciones en el discurso. Pero no creo que sea así, pues no sólo el gobierno no ha dicho nada al respecto, sino que, además, esas lógicas admiten contradicciones parciales periféricas, pero no en el corazón de una argumentación. La respuesta debe estar en otra parte.

Todo indica que la posible respuesta es que el gobierno incurre en esas contradicciones, pues pretende obtener las ventajas jurídicas y políticas de que exista conflicto armado y de que no exista conflicto armado.



Así, al negar discursivamente el conflicto armado y hablar de amenaza terrorista, el gobierno no sólo busca quitar todo reconocimiento político a las guerrillas, sino que pretende igualmente limitar la aplicación del derecho internacional humanitario y en especial del llamado principio de distinción, según el cual, los actores armados deben respetar a la población civil. El gobierno busca impedir cualquier asomo de neutralidad de cualquier sector de la población, pues todos los ciudadanos deberían alinearse contra la amenaza terrorista.


Pero, de otro lado, al aceptar tácitamente la existencia del conflicto, el gobierno parece buscar que la sociedad colombiana y la comunidad internacional acepten los costos de la búsqueda de la paz, no sólo en términos de financiamiento del gasto militar para la guerra, sino también de aprobación de los enormes beneficios punitivos previstos en el proyecto de justicia y paz, para los actores armados que se desmovilicen.

Las contradicciones lógicas tendrían entonces una funcionalidad política y jurídica. Pero, incluso en el trópico, la razón reclama sus derechos y esas contradicciones gubernamentales han llegado a límites insostenibles. Es muy indicativa, por ejemplo, la reacción de Acnur de plantear su salida del país si el gobierno insiste en negar el conflicto armado. Un mínimo de coherencia gubernamental resulta entonces indispensable, si queremos políticas de paz viables.

Tomado de www.mediosparalapaz.org/

TALLER DE SOCIOPOLITICA

Apreciadas y apreciados compañeros.

Bienvenidos a este espacio de Reflexion social y  politica

La idea de este ejercicio virtual es que podamos interactuar con compañeros de otros programas, que estan viendo el mismo curso y que sobre un tema especìfico podamos hacer comentarios, para esto seguiremos los  siguientes pasos:

1.  Dar click en temas a  Bojayá, leer el atisbo nùmero 65 titulado "BOJAYÁ COMO HISTÓRICA PERVERSIDAD BÉLICA" de Prof. Humberto Velez Ramirez.

2. Luego de leer, en la parte inferior donde dice "Comentar", escribir una reflexión o  comentario sobre el documeto y el conflicto armado colombiano. El  primer comentario debe publicarse antes del 28 de Septiembre.

3. Si exite un posición anterior de un compañero o del profesor, que quisieras custionar, confrontar o disentir ... hazlo, de tal manera que establezcamos un foro permanente durante  1 mes...sobre el texto o temas tratados en clase. Durante el foro estarè haciendo preguntas para orientar la discusion.

4. Todos y Todas debemos participar mínimo 3 veces durante el Foro...Animate tu opinión es importante.

5. Cuando realices un comentario recuerda que es una debate académico, por los tanto son las ideas las que cuestionamos No las personas..tal y como lo hemos hecho en clase.. donde ha habido un  espacio academico, fraterno, que aunque no compartamos muchas ideas las respetamos y valoramos. Cuestionar no significa agredir.

6.  Cuando  participes debes identificarte de la siguiente manera:

- Nombre Completo y código

- Programa  y semestre

- sede

 

animo  y adelante

 

Willian

BIENVENID@S

 

COMPAÑER@S:

Reciban un fraterno y solidario saludo.

Es un placer recibirte en este espacio virtual de reflexión ética, politica, pedagógica y pastoral, como  también hacer análisis de la realidad social y política de nuestra patria.

Espero que este espacio, sirva para llenar de esperanza nuestra  misión social y nuestro quehacer en búsqueda de salidas pacíficas y fraternas al conflicto que vivivimos.

así pues, recibe, un gran abrazo, lleno de paz  y que Cristo señor de la vida, Bendiga nuestro camino hacia la construcción de una nueva nación.

                                                                 Willian.