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WILLIAN FREDY PALTA VELASCO

AGORA

MAESTRO: PRAXIS DE PROXIMIDAD Y HUMANIDAD

MAESTRO: PRAXIS DE PROXIMIDAD Y HUMANIDAD

MAESTRO: PRAXIS DE PROXIMIDAD Y HUMANIDAD

Willian Fredy Palta Velasco

El educador no es un instructor, sino un fundador de un nuevo mundo, por la construcción de proyectos alternativos, mediados por una esperanza militante que cree en la potencialidad inscrita en el humano, que no se deja usar y reducir a lo económico o a otras ideologías reduccionistas
Celito Meir
La educación a la luz de la pedagogía de Jesús de Nazaret

Asistimos a una sociedad enmarcada por dinámicas económicas que determinadas por una cosmovisión consumista configuran una manera de relacionarnos con los Otros. Situación que ha afectado los procesos pedagógicos, haciendo de la educación un medio al servicio de sistemas hegemónicos que reducen al ser humano, como instrumento en un proceso de producción. Desencadenando una crisis social y educativa al pretender cuantificar la calidad educativa a partir de resultados y estandarizaciones alejados de todo proceso y desarrollo de las capacidades humanas. En medio de este juego de poderes y de intereses económicos aparece la figura del maestro quien asume el juicio severo de una sociedad incomprensible que ha desvirtuado su figura, que le ha abandonado y sobre todo le condena por no solucionar los problemas que son de toda una sociedad apática e indiferente que desconoce la necesidad urgente de reformar nuestras estructuras sociales, económicas y políticas.


En este marco siento la urgencia de expresar mi ser y sentir de maestro, como un reconocimiento a los millones de hombres y mujeres que cada día se levantan con la plena convicción de que es posible un mundo mejor. A esos seres maravillosos que en el silencio de una noche en vela piensan en nuevas estrategias, a pesar de los limitados de sus recursos. Quienes detrás de una taza de café se preocupa a ver en los exámenes los resultados menos esperados. Quienes fatigados después de una larga jornada, continúan en su preparación para seguir realizando su labor. Éste es un homenaje a esos personajes que sin pretenderlo fungen en ocasiones de guías espirituales, consejeros, acompañantes, psicólogos, padres – madres y otras más. Por que compartiendo esta vida de maestro con esos maravillosos seres en el colegio y universidad, me siento llamado hoy a afirmarcategóricamente que ser maestro es una praxis de proximidad y humanidad.


Ser maestro es praxis de proximidad porque es asumir el compromiso de construir un mundo mejor, esto significa la capacidad de salir de su ensimismamiento para ir al encuentro del Otro, porque solo en esa dimensión comunitaria podremos alcanzar nuevas realidade, en este sentido comprendemos que “Acortar distancia es la praxis. Es un obrar hacia el otro como otro; es una acción o actualidad que se dirige a la proximidad. La praxis es esto y nada más: un aproximarse a la proximidad (Dussel, 2011, pág. 46). Entonces, la proximidad es un acto de donación permanente que une lo disperso y reconcilia lo antagónico, que abriga la esperanza de nuevas realidades y permite levantarse hacia la busqueda del horizonte.


Asumir la vocación de maestro desde la proximidad es tomar una actitud de permanente reflexión en torno a la vida como totalidad, lo que implica una forma de mirar de manera especial. Es una visión comprensiva que supera la visión fragmentaría de un currículo parcelado y descontextualizado de la vida. Esto exige la capacidad de mirar la vida con la actitud del Principito que ve “lo esencial que es invisible a los ojos”, lo que implica que el maestro es una persona de infinita sensibilidad, consciente que con su lenguaje y su labor es capaz de tocar el alma humana y repara los sueños que la rigidez, la violencia y el autoritarismo han destrozado, tal como lo expresa Freire (2005 ) “La palabra se entiende aquí como palabra y acción; no es el término que señala arbitrariamente un pensamiento que a su vez, discurre separado de la existencia. Es significación producida por la “praxis”, palabra cuya discursividad fluye en la historicidad, palabra viva y dinámica, y no categoría inerte y exánime. Palabra que dice y transforma el mundo” esa palabra que crea y transforma el mundo, es la conciencia que su labor es una afirmación de la vida, por eso comprende que su vida es su misión y su misión es una vida plena que se dona, a través de un lenguaje humano y humanizador como palabra amorosa que brota del alma que palpita y vibra en el deseo de vivir en plenitud.


Esta capacidad de salir al encuentro del otro como distintivo de una opción existencial de servicio y entrega, hace del ser maestro una praxis de humanidad. Esto es, caminar de manera particular, acompañando personas y comunidades que viven sus procesos y caminan cada cual hacia su propio horizonte. El maestro establece vínculos afectivos con los otros y con el mundo que configuran su praxis pedagógica, porque solo a través del amor sé es maestro, que no es un instructor, sino un caminante que descubre nuevos caminos y formas de caminar en una existencia que nos invita a vivir, amar y ser feliz. En este sentido, el maestro no es solo el que enseña, sino el que es capaz de trascender, liberar y humanizar como expresión de una comunicación diáfana, sincera y trasparente con quien camina a su lado, es por esto que ser maestro no es más que la disposición de dejarse asombrar, de dejarse acontecer por las dinámicas propias del proceso educativo y gestar encuentros humanos que comprometen y construyen una nueva realidad.

Ser maestro no es ser un héroe, al contrario es un humano en medio de las vicisitudes propias de la existencia, quien se ha abierto a vivir una experiencia de encuentro con los Otros, manifestando el amor como posibilidad de humanización. Ser maestro es una tarea de invaluable responsabilidad, no por ofrecer un producto en serie a un sistema mercantil, sino porque en su praxis se gestan los sueños y anhelos de vida plena, de esa vida que él expresa en su ejercicio trascendente, místico y amoroso de proximidad y humanidad.


Feliz día de Maestro.
Mayo 15 de 2014


- Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.

- Meier, C. (2009). La Educación a la Luz de la Pedagogía de Jesús de Nazaret. Bogotá: 2009.

AGORA 5: ÉTICA Y DEMOCRACIA

AGORA 5: ÉTICA Y DEMOCRACIA

ÉTICA Y DEMOCRACIA No 1

 Desde hace algunas semanas he venido trabajando con los estudiantes de la Universidad de San Buenaventura – seccional Cali, el tema de Ética  y  Democracia planteando algunas discusiones en torno a la realidad ética, social y política, estos ejercicios académicos ha dado como resultado algunas  reflexiones que presento en este espacio para que todos podamos participar de este diálogo. Agradezco a Jorge Andrés Vásquez Recio por compartir su pensamiento con nosotros permitiendo la publicación de su texto.

  

 

 

¿Cuál es la causa de todo eso?

Jorge Andrés Vásquez Recio[1]

                                                                                   

Muchas de las personas que hoy viven o viajan a Colombia se preguntan ¿Qué es lo que hace que Colombia sea un país capaz de soportar tanta infamia, incapaz de reaccionar y de hacer sentir su presencia, su grandeza?, posiblemente sea porque no tenemos las agallas para hacernos escuchar para decirles a los demás lo que queremos, porque durante toda nuestra historia hemos callado y dejado que las personas más “poderosas” acaben con nuestro pueblo, con nuestro territorio y con nuestro futuro, otros dirían por la actual ineptitud política o por nuestros índices elevados de violencia. Pues a todas estas hemos dejado que hagan con Colombia lo que los que están en el poder o diríamos representando al pueblo colombiano, un pueblo que olvidaron hace miles de años y que hoy ya está muerto, somos los culpables de que no podamos ver un país en el cual la libertad, la justicia, la paz sean el saludo de cada día.

Queremos un mejor país pero ¿Cómo logramos eso?, Colombia ha tenido grades héroes que han querido ayudar mucho al país, héroes que por decirle al pueblo la verdad los hemos dejado morir, héroes que siempre han estado solos y que aun así lucharon por una nueva Colombia, como don Juan de castellanos, José Maria Carbonell, José Hilario López, tomas Cipriano de Mosquera, Jorge Isaac, Rafael Uribe Uribe, Rafael reyes, Rufino José cuervo, Baldomero Sanín cano, José Eustasio rivera, Porfirio barba Jacob, Alfonso López Pumarejo, el ejemplo ciudadano, la misteriosa elocuencia y el lucido ideario político del más grande dirigente del siglo, Jorge Eliecer Gaitán, como nos dijo William Ospina; Maria cano, Ignacio Torres Giraldo, Daniel Samper ortega, Fernando Gonzales, Alfonso Barberena, Gabriel García Márquez, Aurelio Arturo, marta traba, Jorge Gaitán duran, Camilo Torres Restrepo, El Nadaísmo, Luis Carlos Galán, Carlos Vieco, Tartarin Moreira, Guillermo Buitrago, lucho Bermúdez, José A. morales, Jorge Villamil, José barros, Danilo Cruz Vélez, Estanislao Zuleta, Jaime Garzón.

 Ahora conocemos que hay personas las cuales lucharon o colocaron un granito de arena para construir la nueva Colombia, que podemos creer y tener fe de que se puede cambiar, de que no seamos reconocidos o recordamos por nuestro territorio simplemente, si no que seamos reconocidos y recordados por nuestro pueblo, nuestras costumbres, nuestros jóvenes, nuestros líderes y nuestro territorio, que podamos gritarle al mundo que no somos simplemente un país si no que somos un continente, en donde colombianos, venezolanos, ecuatorianos, argentinos, chilenos, bolivianos, brasileños, peruanos, uruguayos podamos vivir unidos, que nuestras diferencias dejen de existir y seamos felices, un país que muchos quieren pero que hoy ya nadie quiere luchar para lograrlo.

 Un país en el que las decisiones sean tomadas por el pueblo y no por una sola persona, en donde podamos hablar y decir orgullosamente que no tenemos presidentes ineptos, ni ladrones, que no seamos más víctimas del narcotráfico, en donde podamos mirar nuestra bandera y decir que el rojo, el azul y el amarillo siempre serán un camino el cual escoger, en donde no pensemos que al salir en la noche podamos estar en riesgo, en donde cada día no muera una persona o miles, en donde no hayan personas debajo de un puente, en donde en los semáforos no encontremos familias sentadas vendiendo cualquier tipo de dulces, en donde sepamos aprovechar mejor nuestros recursos, en donde el campesino ya no deje de abandonar sus tierras por causa de otros, en donde nuestros niños y jóvenes no estén condenados a vivir en un infierno, en donde podamos tener el orgullo de invitar a los demás a vivir en nuestro país, un país más amarillo.

 Ahora es cuando cada uno de nosotros tiene que decidir lo que quieren ser, si queremos ser héroes y ayudar para obtener un país mejor o si solo quieren quedarse sentados mirando como todo a su alrededor se sigue desmoronando poco a poco, pero quiero hacerles la misma pregunta que hizo Willian Ospina en su obra Colombia: un proyecto nacional y la franja amarilla:

 “hay una pregunta que nos está haciendo la historia: ahora que el rojo y el azul han dejado de ser un camino, ¿Dónde está la franja amarilla?

 

 Bibliografía

 

Blackburn, P. (2006). La ética: Fundamentos y Problemáticas contemporáneas. México: Fondo de Cultura económica.

 

Ospina, W. (1996). ¿Dónde está la Franja Amarilla? . Bogotá : Norma.



[1] Estudiante de Ingeniería multimedia, Universidad de San Buenaventura- seccional Cali

AGORA No 4: CARTA AUN MAESTRO

AGORA No 4: CARTA AUN MAESTRO

Apreciado Maestros y Maestras

 

Estamos en una sociedad que afronta difíciles momentos, donde la violencia, la guerra, la pobreza, el hambre, el desempleo, sumado esto a una crisis en la estructura moral, donde la vida ha dejado ser el valor fundamental y se relativiza a la economía; donde la prostitución, el consumo de sustancias psicoactivas y la corrupción estatal convierten a nuestra niñez en víctimas de un sistema necrofílico por economía. Es una sociedad donde el relativismo, el consumismo y otros fenómenos  se instalan en  el corazón y en las mentes de los jóvenes, quitándoles el sentido y lanzándolos hacia un vacio existencia expresado en actitudes de muerte. Sabemos que esta realidad no es ajena a la escuela y que el quehacer pedagógico se ve obstaculizado por estas realidades u otras tal vez más difíciles. Estoy seguro que en estos momentos existen muchos maestros deseando claudicar, porque se sienten cansados, desilusionados y han perdido su sentido, su fe y se repite constantemente la frase: “Nada se puede hacer con estos jóvenes”, de aquí surge la pregunta que deseo compartir: ¿Qué sentido tiene ser maestro hoy?

 

La respuesta se halla precisamente en este espectro de desesperanza, porque nosotros Maestros y Maestras debemos ser como llama iluminadora que orienta los corazones de los jóvenes hacia nuevos horizontes. En este sentido ser maestro hoy es una tarea iluminadora, porque es ser  agente de esperanza, de la esperanza que se tiene por la vida, por las personas, pero sobre todo es la profunda esperanza en un mañana mejor.

 

Nuestras sociedades neoliberales se caracterizan por un afán esquizofrénico de acumulación de capital, predica el individualismo como alternativa para alcanzar estabilidad, tranquilidad y satisfacción, ofreciendo un falso ideal de paz  y felicidad; muchos de nuestros jóvenes aunque abarrotados de información y con situaciones económicas resueltas, se sienten solos,  no encuentran sentido en su estudio, en su trabajo y en su vida, podemos decir entonces que  nuestros jóvenes tienen las manos llenas pero el espíritu vacio,  por eso recurren a las drogas, a la  promiscuidad y al suicidio; estos jóvenes están deseosos de cariño. Es así que nuestro quehacer tienen sentido, porque es una tarea profundamente amorosa, es decir, se inscribe en la misión trascendental de hacerlo porque se ama. Nuestra tarea, entonces es iluminar (ser esperanza) y amar (dar cariño). De aquí, que nuestro ejercicio implique gritar proféticamente que nuestra sociedad se ha equivocado por querer comprar los afectos, por materializar el amor y mercadear la vida.

Tiene, por lo tanto, mucho sentido nuestra labor docente, no porque sea una profesión que aporta buena remuneración económica, al contrario, esta misión realizada solo por dinero se tornaría  desgastante y traería amargura, tristeza y desilusión. Ningún salario es suficiente para recompensar la labor que desarrollan los Maestros y Maestras. El ser Maestro no es solo una profesión, es una vocación que implica un especial estilo de vida en donde se identifica ser y quehacer. Un estilo de vida coherente con la enorme responsabilidad de cambiar el mundo, de trabajar por nuevas estructuras donde la injusticia, la guerra y el rencor, sean cambiadas por nuevas estructuras hechas con manos de artesanos: artesanos de la justicia, la paz y el amor. Y   estas manos son las de la Maestra que enseña a leer, a cantar, a sumar; son manos de artesanos los del Maestro que desde la universidad prepara los nuevos profesionales. Si renunciamos a la misión ineludible de cambiar el mundo, es porque el mundo con su lógica ya nos ha cambiado a nosotros.

 

 Por lo tanto nuestra misión como Maestro y Maestra implica:

 

a)      Expresar que hemos asumido libremente nuestra vocación. Solo aquellos que hacen lo que aman, se sienten realizados, felices y esto se manifiesta espontáneamente.

b)      Educar como una acción esperanzadora, lo que exige ser una persona profundamente esperanzadora, optimista, que no se deja avasallar por la tristeza, el dolor y el odio.

c)      Profesar la confianza en el ser humano que aunque parezca perdido, siempre es posible vencer la adversidad. Esto requiere de la comprensión del que no juzga, ni censura, ni condena, es brindar confianza, creer en la palabras de todos, sin importan quien es y luchar por encontrar al ser humano por encima de sus grandes problemas.

d)      La plena convicción que nuestra labor tiene sentido, porque impacta la vida de los jóvenes y transforma sus comunidades.  

e)      Educar desde la alegría para transmitir el gozo de los aprendizajes. El deseo natural de aprender. El estudio, la lectura, la investigación no es un carga es una goce placentero, creativo y permanente.

f)       Vivir como expresión de plenitud humana, de la solidaridad y la comunión. El infeliz y amargado siempre se siente menos, perseguido y envidia la felicidad de los demás. Educar es una búsqueda permanente por la felicidad.

Por lo tanto, ser Maestro es un compromiso, una exigencia nada fácil, porque frente a ideologías oriundas del capitalismo, frente a la sociedad consumista, frente a una cultura de muerte y la desesperanza, nuestra tarea se presenta como un contracorriente: es decir, es actuar con un ethos diferente, con una lógica que defienda la vida y la justicia por encima de los intereses mezquinos del dinero. Es volver la mirada sobre el Maestro de Galilea que es el Educador por excelencia que camina en medio de la comunidad, anunciando la esperanza, amando y liberando.

Maestra y Maestro tu compromiso es mayor porque otros institutos y profesores, instruyen desde diversas pedagogías y didácticas, muy validas, pero que no comprometen su ser y pensar, muchos de estos se centra solo procesos cognitivos, resultado ICFES, competencias laborales legitimando con sus acciones el sistema vigente, aumentando el odio y la violencia. Pero los que han optado por ser verdaderamente Maestro (como una opción de vida: Vocación) la   misión es la propia vida que compromete la existencia en una construcción permanente de la Justicia, la libertad y la paz. 

 

Animo! Vale la pena y tiene sentido ser Maestro! porque somos los gestores de la vida, de la felicidad y el amor y para esto no hay obstáculo  que el  Maestro no pueda vencer. Permítanme Finalizar con la palabra de Ginott: “Llegué a una conclusión amedrentadora: Soy el elemento decisivo en el aula de clase. Es mi relación personal la que crea el ambiente. Es mi humor diario el que genera el clima. Como profesor poseo un tremendo poder para hacer la vida de un niño miserable o alegre. Puedo ser la herramienta de tortura o el instrumento de inspiración. Puedo humillar o alegrar, herir o curar. En todas las situaciones, es mi respuesta la que decidirá si una crisis podrá ser vencida o vencedora y si un niño puede ser humanizado o deshumanizado”

 

Fraternalmente,

Willian Fredy Palta Velasco

 

AGORA 3: MUJER: CAMINO DE ESPERANZA Y LIBERACION

MUJER: CAMINO DE ESPERANZA Y LIBERACIÓN

Willian Fredy Palta Velasco

 

 Durante varios días he meditado que escribir acerca de la Mujer,  he leído mucho, sobre todo lo que por esta fecha aparece,  no puedo negar que todas las reflexiones son  muy hermosas y me llevan amar cada vez a las mujeres que me rodean. Sin embargo, en la mayoría, veo que se ha perdido el sentido de conmemorar y reconocer en un día el ser mujer. Se ha convertido en una fecha arrebatada por el consumismo que nos lleva a seguir patrocinando patriarcados y machismos. Hacer un alto para pensar en la mujer, es poder mirar los rostros de mujeres que viven y luchar por alcanzar una sociedad más equitativa y justa y solidaria. Mujer alma de mi pueblo Sangre de raza y fecundidad. Mujer tu ya no eres sierva ni instrumento de explotación y no te vendas cobarde por el vil oro de algún señor (Aguirre 2000). Es reconocer todo lo que ellas significan, su invaluable papel en la sociedad y su entrega cotidiana   en servicio, solidaridad y resistencia por participar en espacios antes negados. Soy testigos como ellas han forjado con tesón la historia.

 

Pienso en estos momentos en aquellas mujeres que rodean mi vida (veo que no son pocas: ellas  son esposas, hijas ,madres, hermanas amigas, compañeras) y en cada una encuentro valores y cualidades, especiales y significativos que han forjado mi carácter y que constituyen bases solidas en mis compromisos sociales, académicos y laborales. He aprendido tanto de ellas, aprendí amar. Si, amar la vida, a los seres humanos, a la madre tierra, aprendí amarlas a ellas que fue la manera como aprendí amar a Dios. He aprendido a luchar, contra la adversidad, porque siempre he encontrado una mano femenina, que con fortaleza me ha levantado para seguir adelante. He aprendido, junto a ellas el valor de la entrega:  entrega de  nuestras madres que han dado todo por nosotros;  de esposas, que nos han dado  su ser para caminar  juntos  en la soledad;  entrega de  nuestras hijas que con un beso, nos dan su mayor tesoro: su ternura. Entrega de nuestras maestras que brindan todos su saber y su ser. He aprendido a reconocer en ellas el rostro femenino de Dios.

 

Reconozco y pido perdón porque en nuestras sociedad todavía quedan mentes necias que siguen  relegando  y pensado a la mujer  en relación al hombre, como un ser dependiente, en nuestra América Latina  no se ha superado la explotación de la mujer ,  “la mayoría de las mujeres (..) Trabajan en situaciones precarias o no remuneradas. Crece cada día el desempleo femenino, pues es mayor la fluidez en la entrada y salida de las mujeres en puestos de trabajos, con relación a los varones”(Aguirre, 2000).

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

 Por eso hoy, es un llamado a superar los modelos comerciales que entorno a la mujer se hacen en los medios de comunicación, se debe superar los prototipos estéticos hechos en una sala de cirugía  como la única forma de ser y sentirse  bella, se debe  superar la imagen negativa con la que se ha cargado a través de la historia. Se debe superar la marginación y el maltrato al interior de las familias, de los colegios, de la iglesia y la sociedad. Se debe estructurar, desde la niñez y la juventud una jerarquía de valores, se debe procurar por alcanzar espacios de participación ciudadana y eclesial. La mujer entonces es un camino de esperanza y liberación, porque mantiene la fe y la fortaleza que es posible otra realidad, me animan a unir mis manos a las de ellas para seguir luchando por condiciones justas, ejerciendo los derechos civiles, políticos, sociales y económicos en un pleno reconocimiento de su valor y su riqueza. Finalmente, a las mujeres, a ti, esposa, madre, hermana sobrina, amiga pero en especial a Nataly, un poema de Janet Aguirre,  en este día para toda tu vida:

 


MUJER: IMAGEN DE DIOS

El universo estaba aun sin completar

Y en el sexto día Dios Creó a la mujer

Y le dijo:

Yo te daré

Un corazón lleno de compasión

Un espíritu libre para volar como los pájaros

Un vaso para llevar la vida al mundo,

La sabiduría para conocer las grandes verdades

 

El valor para salir de la opresión

La fortaleza de las montañas

La ternura para besar la tierra

La pasión para encender el muido.

Yo te daré

La visión para respetar la madre tierra que te engendro

Un espíritu alegre para bailar con los niños.

La risa para llenar los valles

Las lagrimas para quitar el dolor

Las manos para servir y amar

La intuición para conocer lo desconocido

El deseo de ser aquello para lo que fuiste creada

 

Y Dios le dijo:

Mujer yo te creado a mi imagen y semejanza, tu eres buena.


 



 

Bibliografía

Aguirre, J. (2000). Mujeres en la Biblia. Quito : Editorial Tierra Nueva.

Dussel, E. (1998). Ética de la liberacion en las Edad de la globalizacion y de la Exclusión. México: Trotta.



Agora No 3. Marzo 2011 

 

AGORA 2: La felicidad como afirmacion de la vida

La felicidad como afirmación de la vida

Willian Fredy Palta Velasco

 

El hombre verdaderamente sabio, el hombre verdaderamente virtuoso, el hombre verdaderamente feliz, sabe sufrir los azares de la fortuna sin perder nada de su dignidad. Sabe sacar de las circunstancias el mejor partido posible

Aristóteles

 La felicidad constituye una de las preguntas centrales de la ética, y que debiera ser a la vez la tarea fundamental del ser humano, sin embargo la vida se nos va en otras cosas y afanes, que cuando nos acordamos de vivir es tarde. Entendamos la felicidad como la realización plena del ser humano, es alcanzar la plenitud humana, sin necesidad de dejar de ser lo que somos. Es asumir una vida sin mascaras, ni apariencias, es un ejercicio pleno de nuestra libertad. La características común de nuestras sociedades capitalistas, superfluas y materialista, es pretender reducir la felicidad a las consecución de bienes materiales o altos ingresos económicos, encapsulando la tarea constante de la búsqueda de la felicidad a recetarios que se compran en las cajas de los supermercados, reduciendo la problemáticas de los seres humanos y su preguntas existenciales en las simple satisfacción de necesidades financieras, prestigio laboral y éxito profesional. Ante esto se hace necesario superar la idea del aspecto económico como fuente exclusiva y total de felicidad, es importante reconocer que independientemente de los bienes o riquezas que tengamos, existe la urgente necesidad de realizarnos como personas.

 La felicidad es posible y consiste en la búsqueda continua por alcanzar nuestros ideales, en otras palabras es: Darle sentido a la existencia, como construcción constante y permanente, alejando de nosotros toda actitud y todo deseo de muerte que son las manifestaciones más tangibles de la infelicidad. La felicidad es ante la expresión suprema de la voluntad de vivir, es una afirmación de la vida. Una vida carente de sentido, es una vida que busca amargar a los demás, porque les duele ver a otros gozando de lo que se ha renunciado. La existencia nos confronta, nos exige la liberación de ataduras y nos invita a caminar por el sendero de la existencia ligero de equipaje, gozándose cada momento y trasmitiendo mi libertad, tranquilidad, solidaridad y fraternidad a aquellos que me rodean. Al hacer esta opción por la vida se requiere decir alto a aquello que me oprime, que me retiene y que no me deja avanzar en la búsqueda  de nuestra plenitud, es renunciar a aquello que no nos permite comprendernos como construcción. Es hora de decir adiós, al trabajo que te carga, a la pareja que te amarga, al patrón que te maltrata, a los prejuicios que te limitan, a lo que te atormenta, no hay lugar para el estrés, es la hora de alzar la mirada al cielo y llenarse del espíritu de Juan salvador Gaviota y elevarse hasta sentir la sensación de paz, tranquilidad y libertad, porque en el mundo el único límite es el infinito y nuestra única misión: vivir.

 Recuerdo aquella bella película: La sociedad de los Poetas Muertos, cuando el maestros llama a sus nuevos discípulos y les dice “carpe diem”…..y esta misma invitación lanzo hoy: aprovecha el momento, porque para ser feliz no hay otra oportunidad, se es feliz  hic et nunc, no hay otra oportunidad en la vida para ser feliz. Solamente en la medida en que cada uno pueda vivir su cotidianidad a plenitud, ira forjando su existencia, en otras palabras será cada día feliz. Vive como tú quieras vivir, pero date la oportunidad para poder encontrarte, superando los miedos, abandonando las mascaras. Lo que se pide desde la ética es la búsqueda de alcanzar la plenitud humana (felicidad.) entendida ésta como un arte de vivir. Asumiendo una actitud libre y liberadora, más desde nuestras realidades colombianas y latinoamericanas, donde es urgente que la formación humana, implique una toma de conciencia social, es decir, formar un ser crítico de la realidad, de tal manera que pueda desarrollar una propuesta desde su campo de acción que le permita transformar las estructuras de injusticias y conducir nuestra sociedad por caminos de diálogo, paz y reconciliación.

 En esta invitación a la felicidad como arte de vivir no nos estamos refiriendo a un estado paradisíaco de no conflicto, al contrario, la felicidad implica asumir un estilo de vida coherente y desacomodarse de aquellas situaciones y realidades que impiden obrar moralmente (felizmente). Pensar éticamente implica en ocasiones ir a contracorriente en una sociedad consumista y superficial; es levantar la voz de profeta, en contra de la injusticia de los sistemas totalitarios y populistas disfrazados de democráticos. Tener un pensamiento ético, es gritar con voz fuerte no al consumismo desaforado, que nos invade y manipula. La ética, exige hacer una lectura crítica a los medios de comunicación que están al servicio de los centros de poder. La ética como arte de vivir, es ser consciente de su realidad personal, social e histórica.

 La ética desde esta búsqueda de la felicidad permite descubrir en la sencillez de lo cotidiano lo maravilloso de la vida, por encima del poder y del tener. Es poder identificar nuestra prioridades, personales, sociales, políticas y económicas. Es reconocerse como un ser libre, justo y solidario. Ética no es una lista llena de valores para memorizar desligados a la vida. Ética no es una cantidad de leyes moralistas que cargan de amargura y tristezas la vida de nuestros jóvenes. La ética es ante todo la plena decisión de asumir un estilo de vida, donde ese estilo se presente como un saber vivir, es decir que nuestra acciones sean tan placentera para todos, que mi vivir sea todo un arte, porque la vida que nos merecemos es la vida de humanos, por la cual hemos de construirla cada día, para alcanzar la felicidad. Libérate de los prejuicios y vuela junto a Juan Salvador Gaviota, alcanzando los sueños, haciendo realidad lo imposible; lucha por lo que quieres, lo que Dios quiere de ti es !que seas feliz¡

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 Bibliografía

Aristoteles. (1973). La etica nicomaco. Mexico: Porrúa.

Bach, R. (2000). Juan Salvador Gaviota. Punto de lectura: Barcelona.

Daraky, M., & Romeyer-Dherbey, G. (1996). El mundo Helenico: Cinicos, estoicos, y epicúreos. Madrid: Akal.

Dussel, E. (1998). Ética de la liberacion en las Edad de la globalizacion y de la Exclusión. México: Trotta.

Savater, F. (1991). Ética para Amador. España : Ariel.


                                                                                                                                                                           ágora No 2:  febrero 2011 

AGORA 1: La Importancia de las Humanidades en la Formacion Profesional.

La Importancia de las Humanidades en la Formación Profesional.

Willian Fredy Palta Velasco

 

Pero más que aquellos horrores me impresiono algo que por aquellos días leí, escrita por una antigua residente del campo: Maestra de escuela. Comentaba que aquellas cámaras de gas habían sido construidas por ingenieros especialistas. Que las inyecciones letales las ponían médicos o enfermeros titulados. Que niños recién nacidos eran asfixiados por asistentes sanitarios competentísimos, que mujeres y niños habían sido fusilados por gentes con estudios. Por doctores y licenciados. Y concluía: “Desde que me di cuenta de esto, sospecho de la educación que estamos impartiendo”.

Víctor Frank

 Ninguno de los aquí reunidos pone en duda la importancia de la educación, sin embargo frente a esta evidencia cabe interrogarse sobre ¿Cuál es el tipo de educación que se ofrece a los jóvenes y niños? ¿Cuál es el tipo de educación que se debe orientar? ¿Qué es lo que se enseña? ¿Qué es lo que se debe enseñar?, estos interrogantes nos convocan cada vez más incluso, si nuestro horizonte profesional no está en la educación, porque la sociedad local y global afronta graves problemas de corrupción, una desbordada carrera armamentista que pone en riesgo la vida y dignidad de millones de personas y la del mismo planetas; economías a grande escala que someten a millares de seres humanos a la periferia, la exclusión y la violencia.

 La realidad salta a la vista y la sospecha (como dice el epígrafe de este texto) sobre la educación se hace presente y permítanme hacer una provocación: hemos recibido y orientado una educación centrada en el aspecto técnico, tecnológico y específico de cada ciencia, alejada de una formación humanística. La formación profesional en Colombia y el mundo cuenta con instituciones que ofertan programas de “calidad”, es decir, aportan los elementos básicos para un buen desempeño de competencias específicas. Nuestros profesionales cuentan con los saberes y conocimientos necesarios para el ejercicio profesional de manera exitosa, sin embargo, podríamos preguntarnos si ellos como dice el Dr. Frank en muchas ocasiones no son monstruos educadísimos. Presenciamos una sociedad que no se le ha dado en la educación la verdadera importancia de una formación que priorice la vida, la persona y su dignidad; se ha levantado una división imaginaria entre vida persona y vida profesional, un nuevo dualismo que disgrega, separa lo que va unido y relativiza lo importante.

 Una formación profesional debe estar fundado en una formación profundamente humanista, y esto no es solo impartir cátedras de humanidades a lo largo del plan de estudio, (esto es necesario e importante) sino que una formación humanística exige que el currículo y el plan de estudio debe estar orientada, ante todo, a una formación humana en un campo disciplinar especifico. No existe una educación que no sea humanística, porque la educación es ante todo la búsqueda permanente de la plenitud humana, es un trabajar constante por construir un mundo donde sea posible una humanidad que alcance sus anhelos y realice sus sueños, es aportar a la construcción de un mundo sin exclusiones, sin pobreza y violencia. Ser profesional es un compromiso ético- político: aportar a alcanzar felicidad de todos.

Una educación humanística no es solo un deseo caprichoso de algunas instituciones, sino que es una exigencia vital para la persona (ya sea estudiante, maestro, administrativo) y aún más para la sociedad. Así lo han concebido las instituciones que ha pensado y asumido como filosofía la formación integral de la persona humana, ellas han comprendido que ésta es la misión de la educación.  Y para aquello escépticos que aún piensan solo en la economía como base de progreso, podríamos decirles que si supieran que buen negocio es formar humanísticamente, le apostarían a la formación humanística solo por negocio.

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Bibliografía

 Esclarin, A. (2004). Educar Para Humanizar. Madrid: Narcea.

 Frank, V. (s.f.). Una Fábrica de Monstruos Educadísimos. Obtenido de http://opi-2010.jimdo.com/2010/07/27/una-fabrica-de-monstruos-educadisimos/

 Meier, C. (2009). La Educación a la Luz de la Pedagogía de Jesús de Nazaret. Bogotá

 Zuleta, E. (1995). Educación y Democracia. Cali: Fundacion Estanislao Zuleta .

 


Ágora No 1: enero 2011